En el mundo existen opuestos imposibles de descartar: el día y la noche; lo dulce y lo salado; el turno matutino y vespertino y por supuesto, Hot Wheels y Matchbox.
Mucho hemos hablado sobre los Hot Wheels, esas pequeñas maravillas metálicas creadas para darnos un montón de felicidad. En cambio, los Matchbox, que son también geniales (y su competencia más directa), han sido ignorados en mucho. Al menos hasta ahora.
Buscando sobre la historia de estos juguetes me encontré con algo que me dejó sorprendido. Una cosa inesperada que cambia mucho lo que pensaba de estas figuras hasta el momento. Se trata del primer Matchbox oficial en la historia.
Todo comenzó un día
En 1947 dos sujetos que habían servido juntos durante la Segunda Guerra Mundial fundaron una empresa que fue llamada Lesney. Leslie Smith y Rodney Smith apostaron por comprar una fundidora de metales para comenzar a emprender.
Una carroza, ¿lo habrías imaginado?
Pese a sus múltiples esfuerzos de adentrarse en distintos terrenos incluido el de la fabricación de piezas para motores, contrataron a un ingeniero reconocido en aquel entonces llamado Jack Odell. Las cosas iban terribles, por lo que en 1951 –se habrá arrepentido- Rodney dejó la empresa.
La gran oportunidad llegó en 1953 con la fabricación de una curiosa y sofisticada figura.
El extraño primer Matchbox
El 2 de junio de 1953 una vieja conocida en todo el mundo tuvo el día más importante de su vida. La reina Isabel II de Inglaterra recibió su coronación ante la mirada de los empresarios. Es posible que Jack Odell se sintiera profundamente emocionado por tal suceso.
