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La fiesta de los libros

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Por: Alejandro Toledo

Llegó por fin la trigésimo séptima edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) con la Unión Europea como invitada especial, una esperada pero nostálgica edición.

Sin duda hay bastante expectativa este año en la FIL, pues, el escenario político que vive el rector de la Universidad de Guadalajara es complejo, por un lado está el seguir su rectorado y tomar decisiones dentro de la misma universidad; pero, por otro lado, está la tentación que provocan todas las encuestas sobre la presidencia municipal de Guadalajara que lo ponen a la cabeza y con bastante ventaja sobre sus posibles contrincantes.

Lo que es una realidad es que este año la Expo Guadalajara albergará lo que será uno de los homenajes más emotivos que la cultura mexicana haya visto, pues será la primera edición de la FIL en la que no esté físicamente presente el licenciado Raúl Padilla López, ex rector de la U de G y fundador de esta feria internacional.

No es un secreto que la comunidad universitaria sigue resintiendo la partida del licenciado, pues hombres como él, no nacen con periodicidad. El encargado de acercar la educación media superior y superior a muchas regiones de Jalisco, hoy será la ausencia más grande que tenga la FIL, el año pasado no hizo falta nadie, pero, este año no será igual.

La ausencia del licenciado pesará en cada evento, cada pasillo y cada estante de la FIL, pues así pesa la ausencia de un jalisciense ilustre.

El licenciando siempre tuvo un compromiso por acercar la cultura a las niñas, niños y adolescentes, y es ese compromiso del que quiero hablar. Hoy, sin él, el proyecto de la FIL debe continuar con esa consigna; llevar los libros y la cultura a cada rincón del estado.

En 1988, el autor Roald Dahl plasmó en su libro Matilda, la historia de una pequeña niña que vivía en círculo de desamor, violencia y precariedad. Ante esto, ella se refugiaba en los libros para sobrellevar esa realidad. Matilda tenía superpoderes telequinéticos y cuando los descubrió, no hizo más que salir de ese entorno violento y de pésimas condiciones en el que vivía para ser feliz; lamentablemente, las niñas y los niños jaliscienses no tienen superpoderes, es por ello que debemos comprometernos a llevar cultura y educación a cada rincón de Jalisco y así, ofrecerles un refugio y una salida a todos esos menores que viven en condiciones no gratas.

Personalmente, sí estoy convencido que es con cultura y educación la forma en la que podremos mejorar la realidad, alejarnos de la violencia y tener una mejor calidad de vida.

La fiesta de los libros debe seguir siendo eso, una fiesta. Pues con alegría y aspiración de un mejor futuro, debemos celebrar la cultura, debemos cuidar esta clase de eventos que ponen a Guadalajara en los ojos del mundo entero y hacerlos crecer cada vez más. Es nuestra responsabilidad seguir festejando la cultura y la educación.

¡Vivan los libros!

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2