Por: Carlos Reyes
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Antes de entrar en materia hay algunos datos que habrá que tomar en cuenta para que cada lector tenga su propia opinión sobre la crisis de desabasto de gasolina y las consecuencias que trae consigo, así como la visión de hacia dónde vamos como país y como ciudadanos en los tiempos de las decisiones difíciles.
La reforma energética aprobada en el sexenio anterior, facilita la libre y sana competencia con el fin de que el consumidor fuera el mayor beneficiado, sin embargo no todas las marcas nuevas que hemos visto en las ciudades tienen su propia red de distribución, no así ExxonMobil, quienes eligieron subir su combustible al tren para no depender del monopolio de ductos de Pemex, de acuerdo con la periodista Bárbara Anderson para Milenio.
Es decir que si bien Pemex es o era el gran monopolio paraestatal que controla evidentemente la mayoría del mercado de gasolinas, debemos pensar que en momentos como el que vive México, los resultados de la reforma energética si han sido los esperados, sobre todo porque las decisiones unilaterales de cualquier gobernante no deberían afectar directamente a los ciudadanos en un tema tan frágil como es la movilidad completa de las ciudades, por ello debemos repensar que la apertura del mercado puede equilibrar alguna otra crisis futura.
En otro sentido, esto es una enorme ventana de oportunidades, por ejemplo el Gobernador de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez y de acuerdo con Rocío Hernández para el financiero, informó que el lunes 14 de enero viajará a San Antonio, Estados Unidos, para cerrar trato con industrias petroleras y así importar gasolina al estado mediante 100 ferrotanques.
La responsabilidad de un gobernante está en mantener la estabilidad política y social de su propio territorio, para eso fue elegido, para tomar las decisiones que den resultados a corto plazo en casos como el que hoy vivimos, por ello hay que saber que las pérdidas económicas, de producción y servicios profesionales de las ciudades evidentemente se están viendo afectadas y pueden generar aún mayor caos en las propias abastecedoras de gasolina; esto a pesar del enorme esfuerzo que algunos hacen por mantener el orden de las largas filas y horas que pasan los ciudadanos en la espera de poder surtir el combustible.
Muchas teorías surgen y se leen en redes sociales sobre el tema del desabasto, pero una constante habla sobre la mala comunicación del gobierno de la república y el mal trabajo del gabinete del presidente, sobre todo porque pareciera que la comunicación se ha basado en replicar el discurso presidencial, el cual habla de que no existe desabasto de gasolina y que lo único que ha cambiado es la manera de distribución.
Pero será que en la realidad que vivimos, ¿Se puede culpar a la comunicación del problema que se vive en las calles? ¿Qué tanto oxígeno se hubiera logrado tener para no llegar al desabasto por el simple hecho de saber que llegaría?
Como argumento principal del Gobierno de la República, el combate al huachicoleo es la principal razón de haber cerrado los poliductos, militarizaron Pemex e iniciaron una cacería de aquellos que han hecho del robo del hidrocarburo una forma de vida, además de que según una encuesta de la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica presentada por Ciro Gómez Leyva, 8 de cada 10 mexicanos apoya la decisión del Presidente de la República de cerrar las válvulas.
No vamos a saber de manera inmediata si la decisión de cerrar los ductos ha sido la correcta porque, qué va a pasar si no se presentan de manera contundente los resultados de las pesquisas al interior de Pemex y hacia el crimen organizado del huachicol? O a dónde va a ir a parar el excedente recuperado en las cantidades estratosféricas que menciona el Presidente?
¿Quién dará seguimiento al dinero y su aplicación de manera transparente?
¿Cuánto hay de realidad sobre el artículo del The Wall Street Journal sobre que México reduce importación de gasolina a EU?
En el día a día vamos a ver cuánto le puede durar el respaldo social y su bono democrático, porque sin resultados contundentes corre un enorme riesgo que el “tigre se suelte” y comience a verlo como enemigo público y así tenga que consumirse su legitimidad y su fortaleza adquirida en el Congreso de la Unión por la misma presión social, de la cual ya ha comenzado a sentir la mano dura del presidencialismo en sus horas perdidas y en ver afectados sus propios intereses.
Definitivamente alguien va a pagar el costo social de estas decisiones, y más cuando a Pemex se le debilita y comienza a perder una imagen de fortaleza que forjaba al paso de los años, porque si bien es una decisión correcta fortalecerla en el discurso, el mercado está abierto para enormes inversiones de las competidoras, las cuales pueden suplantar a la paraestatal en pocos años y cuando esta esté lista para competir, puede que ya sea demasiado tarde.
Sus consecuencias serán definitivamente, menos producción, menos ingresos, y por lo tanto menores sus aportaciones al Producto Interno Bruto, con ello vendrá la reducción del gasto público en los estados y por lo tanto menor desarrollo para la sociedad.
¿Estamos a tiempo de fortalecer a Pemex? O bien ¿Su caída es inevitable?
Bibliografía:
Gigantes extranjeros y las firmas nacionales abren carrera de la gasolina: https://expansion.mx/empresas/2017/06/27/los-gigantes-extranjeros-y-las-firmas-nacionales-abren-la-carrera-de-la-gasolina
Guanajuato irá por gasolina a Texas: http://elfinanciero.com.mx/bajio/guanajuato-ira-por-gasolina-a-texas
El tren no sabe de huachicol: http://www.milenio.com/opinion/barbara-anderson/nada-personal-solo-negocios/el-tren-no-sabe-de-huachicol
Encuesta gabinete de comunicación estratégica: https://www.facebook.com/CiroGomezLeyva/videos/2213837005547970/
México recude importación de gasolinas de Estados Unidos: https://www.eluniversal.com.mx/cartera/economia/mexico-reduce-importacion-de-gasolina-de-eu-reporta-wsj
