Por: Salvador Cosío Gaona
Sin duda es de lamentar que por simple diversión y falta de conciencia los niños, adolescentes y jóvenes continúen poniendo en riesgo su integridad física e incluso la vida, solo por participar en los retos vírales que cada vez con mayor frecuencia aparecen en redes sociales sin ningún tipo de control, -salvo el que los padres de familia dispongan en sus hogares-.
En las últimas horas se ha hecho viral en las redes sociales un video que exhibe el peligro que representa un nuevo reto que están practicando en las escuelas pero también dentro de las propias familias; en las imágenes aparecen tres alumnos de secundaria que saltan al mismo tiempo pero dos de ellos, los de las orillas, patean en la parte trasera las piernas de su compañero del centro provocándole una estrepitosa caída que deja ver el fuerte golpe que recibe en la espalda y cómo rebota su cabeza sobre el piso. La información que acompaña el video que tiene una duración de apenas 10 segundos, refiere que el joven sufrió una fractura de cráneo.
En tanto, algunos expertos aseguran que este tipo de golpes pueden provocar pérdida del conocimiento, ruptura del cráneo, e incluso puede causar un daño en el cerebro a largo plazo, como epilepsia.
Los retos online para adolescentes, bajo la apariencia de simples juegos entre amigos, se convierten en ocasiones en situaciones de enorme riesgo que producen lesiones graves o incluso la muerte.
En este sentido habrá que recordar que hace algunos meses uno de estos retos cobró la vida de un niño de tan solo 12 años de edad en el municipio de Zapopan; el desafío que debía cumplir el jovencito, según lo dieron a conocer familiares a petición del padre del menor, -quien con ello buscaba que ninguna otra familia pasase por una tragedia como la que él y sus allegados vivieron-, consistía en colgarse del cuello en el closet de su casa; ni siquiera utilizó una cuerda, lo hizo con el pantalón de su propia pijama. El reto lo denominaban “el ahorcado”.
Uno de los retos más famosos y temidos en los meses recientes fue sin duda “Momo”, que creó una gran alarma social y provocó que los medios de comunicación pusieran por fin su atención en el peligro que suponen estos retos en la red que buscan viralizar y llegar al máximo número de adolescentes posible.
Este reto en cuestión hacía referencia a la imagen de una mujer de apariencia aterradora e invitaba a los menores a escribirla por Whatsapp a un número desconocido.
En teoría, Momo enviaba a quienes le escribían imágenes violentas y agresivas, así como amenazas (utilizando información personal del usuario) y terribles maldiciones. ¿El riesgo? Además de atemorizar al receptor del mensaje, los delincuentes podían utilizar este juego para robar información privada, incitar al suicidio o violencia, acosar, extorsionar, generando trastornos físicos y psicológicos como ansiedad, depresión, insomnio.
Siguiendo esa línea otro de los más populares y temidos es ‘La ballena azul’, un reto que consistía en ir superando pruebas cada vez mas peligrosas hasta llegar a la prueba final, que consistía en el suicidio del joven participante.
Healthy Children afirma que los retos virales tienen tanto éxito entre los adolescentes porque su cerebro todavía está en desarrollo, algo que les hace ser más impulsivos provocando que actúen sin tener en cuenta las consecuencias.
Además, las redes sociales y la dictadura del like induce a los jóvenes a actuar así para sentirse aceptados por los demás sin pensar en el peligro que puede ocasionar para sus vidas. Este sentimiento de pertenencia al grupo y popularidad es el principal motivo que induce a los menores a incurrir en estas prácticas tan peligrosas.
Los retos virales circulan constantemente por la red. Se ponen de moda unas semanas, se propagan por todo el planeta a la velocidad de la luz a través de redes sociales y herramientas de mensajería (WhatsApp y Messenger) y desaparecen igual que aparecieron dejando a su paso un número enorme de víctimas por todo el planeta, como si de un huracán se tratase.
De ahí que se haga necesario que el tema sea tomado en consideración por los padres de familia, pero también en las escuelas, que son los sitios de convivencia desde donde en muchas de las ocasiones, surgen los retos como un juego entre compañeros sin medir el peligro que ello conlleva.
@salvadorcosio1
