Inglaterra ha retornado este lunes a una ralentizada actividad comercial con la reapertura de negocios no esenciales como grandes almacenes, peluquerías, pubs y gimnasios, en la nueva fase de un desconfinamiento gradual que debería culminar con el fin de las restricciones el 21 de junio.
Nervios, emoción y una cierta ansiedad predominan entre los comerciantes y el creciente público que se sienta pese al frío en las terrazas de bares y restaurantes – el interior permanece cerrado – o se acerca a las tiendas del centro en busca de contacto humano o bienes de consumo menos accesibles por internet.