Con mayor capacidad y en proceso para lograr la certificación de calidad ISO 9001:2015, este martes fue inaugurado el nuevo Rastro de San Miguel Cuyutlán, en el municipio de Tlajomulco. Este nuevo espacio tiene como objetivo el otorgar un servicio de calidad a los usuarios, con técnicas adecuadas para garantizar un producto apto para consumo humano.
La inversión total fue de 23 millones 350 mil pesos, de los cuales, 13 millones 150 mil pesos fueron inversión del Gobierno de Tlajomulco y 8 millones 500 mil pesos del Gobierno del Jalisco. Para este año se contemplan 1 millón 700 mil pesos para la ampliación de corrales, planta de luz y básculas.
El presidente municipal de Tlajomulco, Salvador Zamora Zamora, explicó que la operación de este rastro evitará la matanza en “traspatio”, actividad que pone en peligro a los consumidores. Agregó que las instalaciones ayudarán no únicamente a Tlajomulco sino también a municipios de la zona sur de Jalisco,
“Este rastro tiene una capacidad de sacrificios que puede alcanzar los mil 100 animales mensuales, en el caso de bovinos y 2 mil 200 porcinos. Esto nos podrá ayudar a beneficiar, al menos en el municipio de Tlajomulco, a mil 276 carnicerías”.
El equipamiento del Rastro de San Miguel Cuyutlán es: tres corrales para bovinos, sala de sacrificio para bovinos, cinco corrales para porcinos, sala de sacrificio para porcinos, incinerador de sangre y la planta de tratamiento de aguas residuales con capacidad para tratar toda el agua y residuos que provengan del rastro.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, acudió a la inauguración del Rastro Municipal y comentó: “Es una obra que no nada más tiene impacto en el municipio de Tlajomulco, sino que es una obra que nos va a permitir complementar la estrategia que estamos desarrollando para poder recuperar el control y la operación del rastro metropolitano de Acatlán de Juárez”.
El nuevo rastro de San Miguel Cuyutlán opera desde el 26 de junio y remplazó los que se ubicaban en Santa Cruz de las Flores, Tlajomulco de Zúñiga y San Sebastián del Grande. Esos fueron cerrados porque estaban ubicados en zonas urbanas, contaban con herramientas precarias y no tenían cámaras de refrigeración.
