Hugh Grant está cansado de las comedias románticas, y parece que éstas lo consideran demasiado “viejo” para proponerle un nuevo rol protagonista.
«Me estoy haciendo viejo, demasiado viejo para las comedias románticas”, expresó ayer el británico desde uno de los lujosos salones del Hotel Baur au Lac, de Zúrich, en cuyo festival de cine, que cumple 12 ediciones, presentó la película Florence Foster Jenkins, dirigida por Stephen Frears.
“Estelarizar comedias románticas es un negocio bastante difícil; no solamente corres el riesgo de encasillarte, sino que te conviertes en un foco de atención vulnerable.
«Pero cuando interpretas al tipo malo o a gente complicada, me parece mucho más interesante en verdad. Para ser honestos prefiero películas como éstas, que tienen mucho más que interpretar”, señaló Grant.
Sus palabras parecían más bien una despedida del género cinematográfico del que se convirtió en todo un emblema gracias a películas como Cuatro bodas y un funeral, Un lugar llamado Notthing Hill —al lado de Julia Roberts—, o El diario de Bridget Jones, cuya tercera entrega, en la que Grant decidió no participar, se exhibe fuera de la competencia del Zurich Film Festival.
“Aunque le tengo un gran afecto y enorme admiración a muchas de las comedias románticas en las que he participado, nunca se ha tratado de mi género favorito.
“Nunca me he sentado a decir: ¡me muero por hacer una comedia romántica! Simplemente es algo que pasó y que algo del talento que tengo encaja perfectamente en este género, y por supuesto que han llegado guiones maravillosos. Eso es todo.”
En otra revelación sorpresiva, el nacido en el barrio de Hammersmith, Londres, hace 56 años, afirmó que no se considera siquiera un buen actor, y que cada vez que encuentra una película suya en la televisión se dice: “¡la cagué en esto o en aquello!”
Me pregunto: ¿pero por qué hice esto de esta manera? Es como cuando ponías un mensaje en las contestadoras de teléfono y escuchabas tu voz y no te gustaba. Pues ver una película tuya es igual, pero potencializado por 50”, añadió provocando las risas de los presentes.
Grant consideró que la razón por la que ha durado todo este tiempo en el mundo del cine es porque siempre intenta remediar sus trabajos previos.
“Entonces cuando vas mejorando, tomas confianza y también te aprendes algunos trucos”, añadió, y consideró que el filme Un gran chico (About a Boy) y le dio un impulso definitivo a su carrera, algo que también presiente puede suceder con Florence Foster Jenkins, que protagoniza junto a Meryl Streep.
“Al inicio fue aterrador trabajar con alguien como Meryl, una actriz legendaria con 19 nominaciones al Oscar.
“Pero al mismo tiempo es una enorme alegría, porque es como si jugaras contra un tenista, por ejemplo Roger Federer, que es suizo, pues entonces eso te obliga a jugar mejor. Así es que trabajar con Meryl fue bueno para mi juego, mi actuación.
“Y al mismo tiempo fue algo fascinante de presenciar cómo alguien, tan talentosa como ella, desarrolla un personaje”, abundó.
La cinta de época narra la historia real de Florence Foster Jenkins, una mujer que al heredar la fortuna de su padre pudo cumplir su sueño de estudiar para ser soprano. El problema era que carecía de talento, pero la gente acudía a sus recitales por curiosidad, pues querían comprobar si en verdad era tan mala cantante como decían los críticos.
Grant interpreta a St Clair Bayfield, esposo de la cantante y quien apoya a su mujer de manera incondicional.
“Esta película está dedicada a esas personas, a las que quieren lograr algo y lo hacen, a pesar de que saben que no son muy buenos para ello.”
