Consulta ilegítima
Por: Alberto Velasco Vera
El pasado domingo se dio a conocer el resultado de la consulta que favoreció la propuesta del presidente electo Andrés Manuel López Obrador; al día siguiente el propio AMLO, dijo que fue un resultado democrático, donde el pueblo decidió con un 70 por ciento de la votación, que se suspenda la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
En todo país democrático, una de las principales motivaciones es promover la participación ciudadana a través de los diferentes ejercicios de que se disponen como la consulta para la toma de las decisiones que no son más que formas de involucrar a la ciudadanía a través del plebiscito y del referéndum, mismos que son organizados por lo general por organismos electorales o de participación ciudadana, que de una forma seria y formal, realizan este tipo de acciones que permitan garantizar y dar certidumbre a quienes participan.
En México, esta consulta carece de todo valor científico, democrático y de legitimación jurídica, muy a pesar de lo que López Obrador haya proclamado, pues ahora resulta que esta consulta fue totalmente vinculatoria y con total credibilidad a juicio de ellos mismos. Esta «consulta» refleja, según se dijo, el «deseo» de la gente (un millón 70 mil personas), de no continuar con el NAIM e imponer su idea de llevarse dicho proyecto a la base aérea de Santa Lucía; todo este simulacro con el fin de no cargar con el costo político que una decisión de estas conlleva, por todos los riesgos que implica la decisión tomada.
Siempre lo he dicho: la participación ciudadana es importante en todo país democrático, este ejercicio sirve precisamente para que los políticos no se vean afectados en las decisiones trascendentales que afecten o beneficien a la ciudadanía y descargar toda responsabilidad que comprometa, salvo que en este caso la consulta debió haberse realizado en el inicio de obra, no cuando ya lleva un avance del 30 por ciento, lo que implicará un costo económico que nos guste o no, pagaremos los mexicanos.
Que conste que no cuestiono la decisión de construir un nuevo aeropuerto para la CDMX, que se requiere y urge, eso lo dirá la historia. Lo que cuestionó es el proceso en que se llevó la consulta sin rigor metodológico, científico y legal, pues para ello se requiere modificar la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos para que este derecho o garantías políticas tengan plena validez jurídica y en lo cual se involucre al Instituto Nacional Electoral (INE), para este tipo de ejercicios.
El referéndum y el plebiscito deben contar con todo el peso jurídico estipulado en la Constitución, para que sean viables y entonces procedan. Vale la pena que diferenciemos uno del otro, en este caso, la consulta de la semana pasada se refirió a un plebiscito; el referéndum será necesario implantarlo para decidir cambios en las leyes como es el caso y si se da, de la despenalización de la marihuana y del aborto, que por no arriesgar mejor lo aprobarán sin consultar, para no recibir tal vez una negativa del pueblo que es el que manda, a decir del presidente AMLO.
Esperemos que entonces se puedan ejecutar los cambios necesarios para que realmente nos transformemos en una sociedad más participativa y más involucrada con la toma de decisiones a través de nuestras garantías y derechos políticos, pero bien organizados y validados por una autoridad competente como puede ser el INE.
