El concepto de amor que se tenía hace más de veinte años ha mutado y muestra de ello es la segunda parte del filme «Sexo, pudor y lágrimas», en el que dos generaciones se encuentran no para enfrentarse, sino para entenderse y aprender del otro.
«De lo que nos tuvimos que deshacer fue de la perspectiva de cómo se hacía el amor, cómo se vivía el sexo, las lagrimas y el pudor porque veinte años mas tarde ya no está vigente», dice este viernes en una entrevista a Efe el director Alonso Íñiguez.