La paternidad en solitario, el trastorno del espectro autista en la infancia y la pasión por la música, se mezclan en “La vida en el silencio”, la ópera prima del director Rodrigo Arnaz que pone sobre la mesa temas urgentes poco explorados en el cine mexicano.
“Se han abordado poco en nuestro cine, y creo que la historia va a generar preguntas y conversaciones. En la medida en la que nos vayamos enterando de cómo funciona esta condición y por lo que pasan estas personas al enfrentarse al mundo, vamos a empezar a entender y a crear un mundo un poco más justo e incluyente”, dice Gabriela de la Garza, una de las protagonistas.