Por: Luis Alberto Barajas
Experto en ventas B2B y Networking empresarial
Como parte del “Día Internacional de la Mujer” escribo estas líneas con el deseo profundo de que te inspiren como emprendedor para hacer la diferencia en el mundo. En mi caso estoy rodeado de mujeres maravillosas, para empezar mi esposa Leslie y mis dos bellas hijas Danna Valeria y Farah Melissa. Honestamente todos los días me siento como dicen algunos: “afortunado entre las mujeres”. Me siento feliz de tener mujeres en mi vida porque principalmente me ayudan a ser mi mejor versión. Empezando con mi esposa y mis hijas que todos los días están presentes para mí y con su sabiduría emocional me ayudan a operar en el mundo desde el bien común. Mis hijas han sido mis grandes maestras en muchos sentidos, su inteligencia emocional (que definitivamente creo que es nata en las mujeres), me ayuda a crecer internamente cada que se comunican conmigo. Cuando las veo bailar, jugar, platicar, con su hermosura y ternura me hacen sentir un papá muy afortunado. Agradezco que gracias a mis hijas y esposa tengo una gran motivación todos los días que me hace ser más resiliente y capaz de afrontar cualquier reto con una energía más poderosa que cualquier curso de capacitación. Un ejemplo de la motivación que me brindan mis hijas y mi esposa, es que he cambiado muchos hábitos nocivos para mejorar mi salud. Desde hace mucho tiempo y gracias al ejemplo de mi madre, entiendo que nuestro papel como empresarios es ser solidarios con el prójimo. En momentos de incertidumbre económica tan profunda como la actual, te invito a preguntarle a cualquier persona que conozcas: “Cuéntame, ¿cómo te puedo ayudar?”. Esa pregunta que parece simple, lleva cargada una intención fidedigna de mejorar la realidad de la persona que tienes enfrente. Como empresario eres un referente para tus colaboradores, te ganas el respeto en muchas ocasiones simplemente por ser el dueño del negocio. Te invito a que tu voz se convierta en movimiento de cambio y que generes las condiciones de equidad que todos los negocios del mundo necesitan. Alguna vez escuché en un diplomado que cursé, que la igualdad no es lo mismo que la equidad, y estoy completamente de acuerdo. No creo que seamos iguales los hombres y las mujeres, definitivamente cada uno tiene ciertos atributos y características que nos hacen únicos e irrepetibles. En lo que creo firmemente es en que debemos recibir las mismas oportunidades no importando el género. Como empresario te invito a que tu negocio sea un ejemplo de equidad siempre. Si todos los empresarios del mundo, provocamos condiciones para la equidad como parte de nuestra cultura organizacional, seguramente iremos poco a poco construyendo un mundo que funcione para todos. Celebro mis aprendizajes en USEM Jalisco que fue donde entendí mi labor como empresario con responsabilidad social. Gracias al DIFOSO (Diplomado en Formación Social), encontré la responsabilidad social no como un “mote lindo”, sino como un compromiso verdadero de impulsar los valores en nuestra empresa y provocar juntos un cambio de consciencia en los colaboradores y sus familias.
Sueño con un mundo incluyente, donde la equidad reine en cada rincón y que a partir de una cultura orientada hacia el bien común vivamos la solidaridad de forma permanente. Deseo con el corazón en la mano que nuestros hijos y sus hijos algún día puedan volver a jugar en las calles sin miedo. Finalmente, te reconozco con un fuerte aplauso por llegar al final de este artículo, deseo que juntos podamos construir un mundo que funcione para todos. Si todavía no sabes cómo, cuéntame ¿cómo te puedo ayudar? Escríbeme a [email protected]
