Con alrededor de mil personas provenientes de Venezuela entrando cada día a Perú, esa nación se encuentra ya en el grupo de países que vive las consecuencia del éxodo de venezolanos.
Los venezolanos llegan a Perú a pesar de que se encuentra separado de su país por Colombia y Brasil, de manera que se trata de un recorrido largo y costoso, pues con los otros dos países la llegada es más sencilla por ser vecinos.
Sin embargo, ya en suelo peruano los problemas comienzan desde el principio, pues las instalaciones fronterizas de esa nación carecen de la infraestructura para recibir a los mil venezolanos que se estima llegan a diario.
Sobre todo porque con frecuencia arriban con problemas de salud y requieren atención médica, señala un reporte de La Patilla con datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ANCUR).
A la deficiente atención médica se suman los potenciales problemas de carencia de agua, alimentos y suministros de higiene personal.
También hay riesgos de violencia sexual y de género, trata de personas y explotación, lo que es una preocupación para las autoridades regionales y nacionales peruanas.
ACNUR indica que los centros de atención a emigrantes venezolanos en Perú tienen capacidad para atender de 200 a 300 personas, pero quienes llegan suman en promedio mil y a veces hasta mil 200.
La Patilla puntualiza que varias organizaciones se encuentran respondiendo a esa crisis emergente, como el Comité Internacional de Rescate, Mercy Corps y Catholic Relief Services.
Sin embargo, destaca que ese esfuerzo se da en las zonas fronterizas, pero hasta ahora falta atención en las ciudades peruanas donde los venezolanos llegan a establecerse.
De acuerdo a ACNUR, desde principios de 2015 han salido de su país 1.5 millones de venezolanos. En Perú suman ya 353 mil, y el gobierno de este país ha recibido alrededor de 20 mil solicitudes de asilo.
