Como parte del ciclo “mp33 revoluciones (y disparándose). La música en la era digital”, los especialistas Guillermo Santamarina, Walter Schmidt, “DJ Tropic Aza”, y “Rulo”, examinaron los cambios, tanto positivos como negativos, que trajo consigo la llamada Era Digital en la creación, producción y consumo musical.
Se recordó el caso de Napster, que marcó el inicio del final de la industria musical como se había estructurado hasta entonces, y dio paso a un giro que desjerarquizó los productos musicales y la pérdida del control de la promoción de objetos y bienes de consumo por las disqueras, así como también de todo el aparato de promoción que las soportaba.
Las vías tradicionales de difusión y su particular y cerrada vía de acceso, que generaba también contracultura, dieron lugar a la difusión en línea y la preponderancia del archivo digital por sobre el CD, el vinil, el cassette. Paradójicamente, fortaleció la asimilación de esos soportes, tornándolos en objetos de coleccionismo e incrementando sus costos.
En la otra cara de la moneda, los especialistas invitados a la mesa de trabajo destacaron que en esta supuesta evolución también surgió una dramática distorsión en la vida de los músicos, marcando un notable decremento en sus ingresos económicos, y determinándolo en consecuencia a tareas alternas para subsanar ese debilitamiento en su pobre bolsillo.
Aún más grave será que la acreditación, proyección, e influencia del talento musical en el panorama cultural de ahora son mucho más ambiguos, como no había sucedido en mucho tiempo antes. Durante la charla reflexionaron a partir de preguntas como ¿es posible hoy aún construir un acervo musical que dé cuenta de sensibilidades y memorias personales?
En ese sentido, surgieron más preguntas como ¿Qué sucederá con las grandes bibliotecas de iTunes y playlists en Spotify en el futuro? y ¿Se ofrecen nuevas propuestas o solo se reproducen las ya existentes? Las respuestas fluyeron conforme la moderadora de esa actividad, Laura García, comunicadora de radio y televisión, preguntó y cedió la palabra.
Guillermo Santamarina, se ha desarrollado como artista, investigador, curador, diseñador museográfico y docente de las artes visuales, y ha ideado, organizado y montado más de 400 exposiciones colectivas e individuales. Entre otros cargos, se ha desempeñado como director del Museo Ex Teresa Arte Actual, y curador en el Museo de Arte Carrillo Gil.
Por su parte, Walter Schmidt, ha publicado en periódicos y revistas especializadas, fue productor del programa “Rock Marginal” en Radio UNAM y en Estéreo Joven (IMER). Como músico ha participado en la grabación de más de 20 discos con los grupos Decibel, Size y Casino Shanghai, además de cuatro discos como solista editados como un boxset.
La tarde de este marte aseguró que hoy con una computadora y unos programas, la gente puede hacer música, pues “una computadora es una herramienta sensacional”. Recordó a su padre alemán que escuchaba marchas germanas y a su madre tapatía que escuchaba sones jaliscienses. “Con esa música crecí y es la que me abrió todo el mundo musical”.
Explicó que en la actualidad muchos músicos hacen maravillas en el estudio gracias a la tecnología, “pero en vivo son un desastre”, y trazó un puente para recorrer el camino de la Era Digital: La tecnología ha sido un soporte para la música, y viceversa”, advirtió.
Raúl David Vázquez “Rulo”, fue conductor y director de programación en las estaciones de radio Reactor, W Radio y en la extinta Radioactivo. Columnista en medios impresos, es melómano fabricante compulsivo de playlists. Habló de su vida y cómo primero la música fue diversión para él y con el paso del tiempo se convirtió en su mundo y modo de vida.
Carlos Icaza “DJ Tropic Aza” se ha presentado en clubes y festivales por todo el continente y para audiencias masivas en los carnavales de Rio, Recife y Barranquilla, así como en museos en México y Estados Unidos, ha sido miembro de las bandas Los Esquizitos, Las Comadrejas, Los Fancy Free, Evil Hippie, El Pan Blanco, Hoppo!, y La Redada, entre otras.
Antre sus compañeros de panel, mencionó que alrededor del mundo de hoy, el público se preocupa por lo que come y tal vez por lo que ve en las pantallas, “pero no por lo que escucha, que en realidad es mucha chatarra”, y suspiró al mencionar que el walkman “fue como una revelación porque con él ya pudimos seleccionar lo que queríamos escuchar”.
