Por: Arq. Carlos Enrique Martínez Gutiérrez
El espacio público son las áreas o zonas de la ciudad donde las personas tienen derecho a estar y circular libremente, solo restringido el libre tránsito por propiedades privadas cuya pertenencia es pública, compuesto básicamente por plazas, parques, jardines, glorietas, espacios naturales, vialidades, banquetas, calles peatonales, los espacios abiertos de los edificios públicos, atrios, plazoletas de bibliotecas, escuelas, hospitales, museos, iglesias o templos, instalaciones deportivas, edificios gubernamentales de diferentes usos, así como los propios edificios públicos entre otros.
A través de la historia los espacios públicos han sido diseñados con una serie de elementos escultóricos que forman un todo, logrando espacios en su mayoría de gran calidad y belleza, que a través del tiempo se han convertido en iconos de la comunidad y elementos de identificación cultural, orgullo muchas veces de la misma sociedad, dando a las ciudades una personalidad propia.
En estos espacios urbanos se han erigido fuentes, monumentos, esculturas, obeliscos, murales y un sinnúmero de manifestaciones artísticas con gran respeto hacia el espacio público, una mezcla de arquitectura-espacio urbano-arte donde el diseño, la composición y la proporción de sus elementos son las reglas básicas para su diseño, elaborados en su mayoría por arquitectos, urbanistas y artistas que dicho sea de paso, en muchos casos es el mismo.
Estos espacios los encontramos en todo el mundo y en todas las épocas desde los griegos, egipcios o el imperio romano, como la época precolombina pasando por el renacimiento hasta nuestros tiempos.
A la mente se nos viene un sinnúmero de espacios públicos únicos que además, al ser lugares de encuentro sirven para albergar actividades lúdicas, festivas o cualquier acto público imaginable. Vivir el espacio público, disfrutarlo, visitarlo, admirarlo, convivir, utilizarlo, es su objetivo principal. Bien diseñado inspira, enorgullece, educa y crear comunidad.
En los últimos años los espacios públicos y el arte urbano han sido olvidados, las ciudades cuentan cada vez menos con estas áreas, la expansión urbana en manos de los desarrolladores donde el interés económico prevalece con la complacencia e irresponsabilidad de las autoridades municipales, han traído como consecuencia el deterioro del espacio público, que lejos de vitalizarlo y acrecentarlo en muchos de los casos tienden a privatizarlo y peor aún en desaparecerlos. Lo han visto como un gasto mas no como una inversión, su visión cortoplacista y miope del espacio público se limita a cambiar de pisos a las plazas o andadores, peatonalizar calles o insertar esculturas sin el menor diseño del entorno de forma integral.
El contar con calles, edificios, plazas, espacios públicos equilibrados, armoniosos y limpios, produce un efectos positivos en los habitantes, anima la defensa del espacio público, el orgullo de pertenecer a la ciudad o su zona, aumenta la competitividad, pero también tiene un efecto eminentemente económico, vuelve a la ciudad competitiva y potencializa varias actividades colaterales como el turismo en sus diferentes tipos.
No se entiende porqué la autoridad cuando planea solo se concentra en usos del suelo y se les olvidad este diseño de ciudad, y peor aún con la ejecución de ocurrencias de ciertas obras que no se integran urbanísticamente al contexto de la ciudad y luego se quejan de los bajos índices de competitividad como urbe.
Ejemplos hay muchos, la suma de errores, ocurrencias e ineficiencias dan como resultado que la ciudad cada vez sea menos competitiva, más degradada, más sucia y más insegura, dando como resultado el abandono de la misma, con menores ingresos, actividad económica a la baja y alejamiento del turismo.
Este fenómeno poco a poco va cambiando nuestras tradiciones y patrones de vida pero sobre todo, contribuye al abandono de los espacios públicos en especial el de los centros históricos y de las zonas tradicionales de nuestra ciudad.
Los espacios públicos son los lugares de encuentro por excelencia, donde se nutren nuestras raíces y tradiciones, vitalizarlos y conservarlos es tarea de todos, se requiere un esfuerzo conjunto entre sociedad y gobierno.
Revitalizar estos espacios públicos es el primer paso para crear un desarrollo armónico y equilibrado de nuestras ciudades.