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Escombros en mi mente – El Procurador

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Por: Rodolfo Chávez Calderón

Desde siempre llevé una amistad, una cercanía estrecha con el profesor Luis Octavio López Vega, primeramente fue una relación profesional, pero posteriormente, ya como director de la Policía de Zapopan, llegó a ser un amigo “de la casa”, frecuentemente acudía a mi domicilio por la noche, tomábamos un café y en la plática surgían las “exclusivas” del día.

En una ocasión Luis Octavio me llamó por teléfono, estoy hablando de los últimos meses de 1994, y me pidió que aceptara desayunar con un amigo de él, a quien yo conocía. No me dio el nombre, pero como era mi costumbre, ávido de información, acepté de inmediato.

La cita era al día siguiente, en un restaurante de la Plaza Concentro, un lugar de por sí solitario.

En la mañana, muy temprano llegué al estacionamiento de Concentro y de momento creí que el misterioso anfitrión no llegaría, eran las ocho de la mañana y no veía muchos autos en el estacionamiento. Entré a la zona techada de la plaza, subí unas escaleras para llegar al segundo nivel, donde me encontré con un restaurante amplio, pero totalmente vacío, solamente había una mesa ocupada y en ella estaba sentado el procurador Leobardo Larios Guzmán, quien se puso de pie, me tendió la mano y casi en el acto me disparó una frase que casi termina con aquél encuentro: “¿cuánto quiere porque deje de atacarme en su periódico?”. Yo escribía mi columna en el diario Siglo 21 de Guadalajara, y estaba a cargo de la sección policíaca, donde consignábamos cotidianamente los yerros de la procuración de justicia en Jalisco, y otras cosas. 

Ante aquella embestida que me pareció bestial, ya ni siquiera me senté, simplemente me di la vuelta y levanté la voz diciéndole: -qué gusto haberlo saludado Señor-.

Leobardo Larios también alzó la voz, “No, espere por favor, quiero escucharlo y que me escuche, deme la oportunidad, discúlpeme por recibirlo así”.

Regresé y tomé asiento, convencido de que aquello estaba a punto, para llevar a cabo una negociación. Larios Guzmán, de quien yo siempre había tenido la percepción de que era todo un caballero, se veía apenado y entonces aproveché para argumentar: -señor, yo vivo de la información, con otras fuentes negocio precisamente, información a cambio de información, cómo ve?.

Interesado, preguntó entonces: “qué tipo de información requiere usted que le dé?”.

La Procuraduría de Justicia, hoy llamada Fiscalía, era una institución sumamente vulnerable, constantemente se producían incidentes de diversas magnitudes, que tarde o temprano saldrían a la luz, pero al reportero le interesa, no solamente tener la información, sino poderla manejar con la mayor oportunidad, digamos “en primicia”. 

Mi respuesta fue directa: “todo eso que no sale en los boletines, lo que usted guarda debajo de la mesa, lo que se procura no ventilar públicamente, yo protejo mis fuentes, nadie sabrá quién me informó”.

Después de dos horas de conversación salí de ahí confiado en que tendría información privilegiada, para publicarla en mi periódico.

Y no tardé en tener pruebas del compromiso que aquél caballero habría de cumplir, porque en menos de una semana recibí una llamada a eso de las once de la noche en mi oficina del periódico, precisamente del licenciado Leobardo Larios, para informarme de una fuga del penal, con lujo de detalles. Tres días después me avisaría de un hallazgo que en ese tiempo no era común, como ahora, de que acababan de encontrar un auto con dos personas muertas, calcinadas en su interior. Y así se dieron varias ocasiones en las que el procurador Larios Guzmán, me proporcionó información que al día siguiente sólo aparecía en los medios de comunicación para los que yo trabajaba.

Muchas veces escuché a compañeros de otros escenarios informativos, que se preguntaban intrigados “¿de dónde saca la información este…?” 

Y en realidad el licenciado Larios solamente fue una más de mis víctimas, a quienes intercambiaba una crítica por una nota de impacto.

Se le podrá llamar chantaje o extorsión, pero el resultado siempre fue que los lectores buscaban la información de la página policiaca del periódico para el que este servidor de ustedes trabajaba…

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