Por: Mtro. Alfredo Ceja
Esta semana se llevó a cabo la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional del PRI en la sede nacional del partido, cuyo motivo era dar el nombramiento formal a Enrique Ochoa Reza como Presidente del Comité Ejecutivo Nacional, para concluir el periodo hasta 2019, al que renunció Manlio Fabio Beltrones después de las elecciones del pasado 5 de junio.
Enrique Ochoa Reza es Licenciado en Economía por el ITAM, Licenciado en Derecho por la UNAM y cuenta con una Maestría y un Doctorado en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Toda esa preparación lo llevó a ser asesor de Luis Téllez en la Secretaría de Energía de 1997 a 1999 en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León y quien hoy juega un papel importante con Luis Videgaray y la implementación de la reforma energética.
Ochoa Reza es cercano al Presidente de la República y a Luis Videgaray, quienes lo apoyaron para llegar como Director de CFE y antes como Sub Secretario de Hidrocarburos en la Secretaría de Energía.
Sin duda, la llegada de Ochoa Reza al PRI es un movimiento clave del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto para recuperar la dirigencia del partido, aunque a varios grupos al interior del PRI les parece inadecuada la llegada a la dirigencia de alguien que prácticamente no es conocido por su trayectoria al interior del PRI o por haber tenido algún cargo importante en el Partido.
Tal vez la intención del Presidente Enrique Peña Nieto al nombrar a Enrique Ochoa Reza como dirigente nacional del PRI es dar una imagen diferente, con alguien que no es identificado plenamente con la clase política de siempre, sino un perfil más académico.
El nuevo dirigente del PRI tiene en frente un gran reto, el primero desligar al partido de actos de corrupción e ir en contra de algunos gobernadores emanados de su partido, para así ir en concordancia con lo anunciado hace unos días por la PGR al anunciar que interpondrían una controversia constitucional para frenar algunas acciones legislativas que protegerían a Javier Duarte, gobernador de Veracruz y a Roberto Borge, de Quintana Roo y afectarían la aplicación del Sistema Nacional Anticorrupción, esto sin duda, puede ayudar a su imagen, pero será mejor que la ciudadanía vea más castigos contra gobernantes que participen en actos de corrupción.
En comunicación política también el silencio comunica, y en este contexto el silencio de Manlio Fabio Beltrones debe preocupar a algunos sectores del PRI, a pesar de estar de vacaciones no ha hecho ningún pronunciamiento, ni a favor ni en contra, acerca de la llegada de Enrique Ochoa Reza al lugar que tuviera hasta hace menos de un mes.
Enrique Ochoa tiene su primer reto el próximo año y son las elecciones en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, con un panorama como el actual, el PRI debe ganar los 3 estados, pero el más importante y que genera el mayor número de votos es el Estado de México, además de ser el estado natal del Presidente de la República, si el PRi llegara a perder esa elección, sería un golpe que lo debilitaría y pondría aún más en riesgo su triunfo en la elección presidencial del 2018.
La capacidad de negociación y operación política-electoral de Enrique Ochoa la podremos ver en 2017 y así darnos una idea de cómo operará en 2018.
