Por: Salvador Cosío Gaona
El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha asumido grandes retos, al tiempo que ha dejado expresa su voluntad de acometer las más adecuadas acciones a corto y mediato plazo para provocar las mejores condiciones en relación al desarrollo integral y la cohesión social de los habitantes de esta Nación. Tendrá la responsabilidad de extremar dedicación y esfuerzo para alcanzar ese fin, gobernando sin sesgos ni discriminación de ningún tipo, procurando invariablemente actuar con eficiencia, eficacia, transparencia y honestidad.
Arranca una nueva administración pública federal que trae aparejado el respaldo de la mayoría de los votantes en la pasada elección presidencial sin dejar de advertir que entre los abstentos de participar en los comicios -porcentaje cercano al 40% de los inscritos en el padrón electoral – y quienes ejercieron el sufragio en favor de otros candidatos, el nuevo Presidente de México asume su encargo con gran respaldo social aunque también enfrentando una mayoría de mexicanos que no lo respaldaron.
Nadie en sano juicio desea que haya una mala gestión presidencial, al contrario, es lo normal y adecuado desear éxito en su gestión al gobierno que inicia. Así lo dejaron de manifiesto en sendos mensajes el día de la toma de protesta los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Ambos deseándole éxito por el bien de México. Calderón le auguró que lo tendrá en la medida que se asuma como presidente de todos los mexicanos, tome sus decisiones con el mayor conocimiento de causa posibles y sin prejuicios y respetando la ley.
En los posicionamientos que expresaron los coordinadores de las fracciones parlamentarias en la sesión legislativa previa al acto principal, de igual forma observamos buena voluntad y disposición, aunque algunos jugando claramente su papel de oposición cómo lo hizo Clemente Castañeda al externar la postura del Partido Movimiento Ciudadano (PMC) que en voz del diputado jalisciense, fijó el pronunciamiento que ya antes había manifestado el gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro Ramirez, y agregó: “No creemos en un cambio de una oligarquía por otra. Defenderemos el federalismo porque no queremos un retroceso a un pasado colonial ni a un presidencialismo excesivo”.
Poco que agregar de las otras fracciones, salvo el intento de los panistas de perfilarse como serios opositores. Ya veremos si les alcanza su fuerza y convicción para desempeñar ese papel durante los próximos seis años. Por parte de Morena, como era de esperarse, su coordinador Mario Delgado, también fijó postura y se congratuló de que llegara a su fin “un régimen autoritario, corrupto e injusto” al tiempo que hizo un llamado a la unidad.
Del discurso pronunciado por López Obrador, podemos destacar el agradecimiento a Peña Nieto por no haber intervenido en la Elección y respetar la voluntad del pueblo, aunque minutos después lo colocó en el banquillo de los acusados y le espetó todo lo mal que deja al país, aunque nada nuevo, pues sabemos que la gestión presidencial a cargo de Enrique Peña Nieto, llegó a su fin marcada por inconsistencias, señalamientos de turbiedades, incumplimiento de metas en cuanto al desarrollo, cohesión social, seguridad y justicia, además de algunos logros en aspectos macroeconómicos pero con gran índice de rechazo de la sociedad a pesar del reconocimiento de entidades públicas y privadas en el ámbito internacional. En fin, mucho que corregir.
En su discurso, el nuevo presidente, tabasqueño, retomó las propuestas de campaña que todos conocimos para presentarlas como proyectos tales como:
– Erradicar la corrupción
– El tren Maya
– El aeropuerto en Santa Lucía
– Cancelar la Reforma Educativa
– Crear el instituto nacional para los pueblos indígenas
– Inicio del programa de atención médica y medicamentos gratuitos
– Los aumentos al salario mínimo no llegarán a fijarse por debajo de la inflación
– Dos millones de jóvenes serán contratados y se les pagará 3600 pesos mensuales mientras se les capacita
– Se otorgarán 10 millones de becas a estudiantes
– Atención universal para adultos mayores
– Subsidios a productores del campo
– No se permitirá el fracking ni transgénicos
– Bajarán los sueldos de los altos funcionarios para aumentar los de los de abajo
– Pondrá en venta el avión presidencial
– Prometió revocación de mandato en dos años
Destacable también el rechazo de legisladores al momento en que AMLO habló de no perseguir a nadie y dejar las cosas de atrás en el perdón, provocando el paso de lista de los 43 por parte de legisladores de oposición quienes gritaban “justicia”, en lo que fue a su vez, un marcado discurso en contra del neoliberalismo.
López Obrador concluyó con frases como “Nos vamos a convertir en una potencia económica y le vamos a demostrar al mundo que acabar con la corrupción es posible”, “No le haré mal a nadie y apostaré siempre por la reconciliación”, para finalmente declararse Juarista y Maderista y se dijo partidario de la “No Reelección”.
En su día, AMLO logró dar la nota por el espaldarazo que recibió de presidentes de izquierda quienes se hicieron presentes en el acto de toma de protesta para acompañar a su amigo. Así vimos a Evo Morales, el polémico Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel Bermudez, presidente de Cuba. Contó además con la asistencia de Ivanka Trump en representación de su padre Donald Trump – quien se encontraba en Argentina participando en la Cumbre del G-20 y el Rey Felipe VI de España. Importante presencia de invitados entre ellos vicepresidentes y representantes.
En otro orden de ideas, a unas horas de haber asumido como presidente de México, Andrés Manuel ha puesto ya en marcha varias de sus propuestas de campaña y se suma una más, pues ha anunciado -a pesar de cualquier polémica sobre la conveniencia o no de ello- que ya envío a un hangar en el vecino país del norte al avión presidencial y voló en avión comercial a Veracruz, ademas que ya abrió al público varios edificios de Los Pinos.
Sabemos que el camino para concretar sus propuestas y proyectos no será fácil, nada menos este domingo se dio a conocer que luego de una reunión, el Consejo del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México NAIM, emitió nuevos bonos y continuará su construcción, en lo que parece ser una contraposición a lo anunciado.
Así pues, inicia un sexenio, una administración que ha creado compromisos importantes y que con seguridad, marcará una nueva etapa en un país que exigía un cambio y que lo conquistó en las urnas. Esperemos que a México le vaya bien.
@salvadorcosio1
