Por: Juan Carlos Hernández A.
Se aproximan fechas interesantes, en unos pocos meses veremos y presenciaremos los más excelsos discursos convencionales, para atraer la atención del electorado, este que cada vez más es atento y observador del acontecer político y que con ello hace sus propios juicios sobre quien tiene la razón y quien no, quien es el bueno, el mediocre y el malo y así, sin apasionamiento, ir buscando la mejor carta de presentación para “apostarle en el juego de la democracia”, aún libre y soberana en este nuestro México.
Hablar de elecciones previo, es hablar de las reglas a que son sujetos todos los funcionarios públicos de todos los niveles, y es que se debe atender lo que dice el artículo 134 Constitucional: La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.
Definitivamente, el éxito de la democracia, la participación plena ciudadana que es tan necesaria, y el papel de las y los funcionarios públicos no menos importante en el cumplimiento que expresa dicho artículo 134; ello debe ser muy serio, pues ya desde el pasado 7 de septiembre inició el proceso electoral y la Constitución debe cumplirse porque todos los servidores públicos protestan eso, cumplir y hacer cumplir la Carta Magna y las leyes que de ella emanen.
La elección más grande de México, a razón de que se elegirán 20 mil 286 cargos, pues oiga usted no es cosa menor lo que viene; por ello el Instituto Nacional Electoral, ahora está inmerso en la organización del proceso federal electoral para llegar a buen puerto el 2 de junio, día en que la ciudadanía en la práctica, apostada en las mesas directivas de casilla y amparada en la ley electoral, se convierte en la máxima autoridad para recibir, contar y resguardar los votos que esperamos definan rumbo democrático en nuestro México.
Por lo que, para dar mayor equidad y legalidad en la contienda electoral próxima, es menester cumplir y hacer cumplir las disposiciones legales que debe observar, y muy bien, todo funcionario público desde el Ejecutivo Federal hasta un regidor municipal, pues a todos la ley les da un deber de neutralidad y deben evitar un desacato a la norma.
Ese es el ideal de la comunicación política en sus mensajes, imparcialidad y neutralidad. Empero para ello están las instituciones electorales siempre vigilantes para lo que venga de denuncias a actores políticos o de funcionarios públicos, en que se debe respetar el estado de derecho.
Aplicar la reforma constitucional de 2007, así de fácil y sencillo. Sea pues un llamado asertivo de sujetar las conductas al orden constitucional que no es mucho pedir. ¿o sí? Como sea, deseamos que la siguiente contienda electoral sea de un alto nivel en todo sentido ¡Hágale pues!
