El papamóvil que acompañó al Papa Francisco en su despedida durante su último viaje fue el mismo utilizado en su visita a México en 2016. Este vehículo especial, que sirvió para facilitar la movilidad del pontífice durante su recorrido, tiene una historia particular: fue un regalo de México al Vaticano en conmemoración de los 25 años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
El vehículo, modificado especialmente para las necesidades del Papa, fue fabricado por la empresa mexicana Unindustrias, reconocida por su trabajo en la fabricación de microbuses Unibus. La transformación del vehículo consistió en adaptar una camioneta convencional, dotándola de las características de un papamóvil, con un diseño que permite la seguridad y la visibilidad del pontífice durante sus desplazamientos.
Este papamóvil, que ahora forma parte del patrimonio del Vaticano, simboliza los lazos históricos y diplomáticos entre México y la Santa Sede. Su uso en diferentes viajes papales refleja también la colaboración de industrias mexicanas en la creación de vehículos de alta tecnología y seguridad para el pontífice.
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