Sevilla fue testigo de una final llena de emoción y dramatismo, en la que el FC Barcelona derrotó 3-2 al Real Madrid tras un partido vibrante que se definió en los minutos adicionales de la prórroga, gracias a un disparo espectacular de Jules Koundé.
Un encuentro marcado por la igualdad en el marcador y goles de gran calidad
El duelo, que mantuvo en vilo a los aficionados, quedó empatado 2-2 tras el tiempo reglamentario. Los goles blaugranas fueron anotados por Pedri (28’) y Ferran Torres (84’), mientras que por el lado madridista marcaron Kylian Mbappé (70’) y Aurélien Tchouaméni (77’). La tensión aumentó en los minutos finales, cuando Koundé convirtió un potente disparo en el minuto 116, sellando la victoria para el Barcelona y evitando que el partido se resolviera en la tanda de penales.
Un logro histórico para el Barcelona
Con esta victoria, el club catalán suma su 32º título de Copa del Rey, ampliando su ventaja en el palmarés nacional y dejando al Real Madrid en tercer lugar en la historia con 20 trofeos. Para el Barcelona, este título representa un impulso anímico tras cuatro años sin alzar la copa y un paso importante en su camino hacia el triplete, con la Liga española en marcha y las semifinales de la Champions League próximas.
Un golpe duro para el Real Madrid
Para el conjunto merengue, esta fue la tercera derrota en la temporada frente a su archirrival, tras el 4-0 en el Santiago Bernabéu y el 5-2 en la Supercopa de Arabia Saudita. La eliminación en la Champions League reciente ha obligado al equipo dirigido por Carlo Ancelotti a centrarse en la Liga y en el Mundial de Clubes de la FIFA. Además, la final dejó como saldo lesiones en Ferland Mendy y Vinicius Jr., complicando aún más la planificación del club.
La emoción y la intensidad marcaron una final que pasará a la historia del fútbol español, con un golazo decisivo que reafirma la rivalidad entre dos de los equipos más grandes del fútbol mundial.
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