En una apartada zona cerca de Phoenix (Arizona) un residente del condado de Pinal halló en marzo pasado restos humanos que se cree correspondían a un inmigrante indocumentado. Y el temor es que con el aumento del cruce fronterizo y la llegada del calor las muertes en el desierto se disparen.
El cruce de inmigrantes indocumentados no cesa en la frontera y, según la radio pública, en marzo se interceptó a más 170.000, la cifra más alta desde 2006.