Hay Liga. El Barcelona salvó el escollo del Valencia (4-2) y mantiene la persecución sobre el Real Madrid. Los de Luis Enrique jugaron un partido a tirones y ganaron por la pegada.
Salió el partido raro. El Barcelona volvió a aplicar el guión de voy a saltar al campo a ver qué pasa. Y lo que sucedió es que tenía enfrente a un Valencia que venías dispuesto a montar una mascletá de orden. Cierto es que los azulgranas gozaron de muchas ocasiones y alguna muy clara pero la realidad es que no había un dueño y señor del partido. Y eso se suele pagar bastante caro.
Ter Stegen ya tuvo que hacer una meritoria intervención a Carlos Soler en un mal despeje de Piqué. Se veía venir el gol del Valencia y este llegó a la salida de un saque de esquina. Mangala se zafó de la marca de Rakitic y el remate del central fue inalcanzable para el portero. Golpeó el Valencia y entonces el Barça tocó la corneta. Otra vez a remar. Seis minutos después Luis Suárez marcó un gol de pillo en un saque de nada. Increíble. Garay se durmió y el delantero superó a Alves.
El Barcelona siguió con el pie en el acelerador y en plena avalancha se encontró con un penalti, y la roja correspondiente para Mangala, que transformó Messi para obrar la remontada. Sin embargo, quedaba una jugada más antes del descanso y en ella Munir logró el tanto del empate. Increíble pero cierto. Con un minuto y uno menos, el Valencia se marchó a la caseta con algo de botín en el bolsillo.
La defensa de tres del Barcelona sigue siendo una profesión de riesgo que en ocasiones se convierte en coladero. En la segunda parte, el Barcelona entró dispuesto a resolver el empate con mucho brío y fruto de esa presión llegó el tanto de Leo Messi. Entonces se pensó en una goleada pero de manera inexplicable se apagó el equipo azulgrana. Fue derrochando ocasiones con el peligro del empate en una acción aislada. Tanta incertidumbre finalizó cuando en una galopada de Neymar su centro encontró a André Gomes para cerrar un partido con más emoción que fútbol.
