Tras el paso de la tormenta tropical Dalila por las costas de Colima, las fuerzas armadas mexicanas, incluyendo al Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, han iniciado labores de apoyo y ayuda humanitaria a los residentes de las comunidades afectadas. La región, que sufrió daños en infraestructura, comienza a recuperarse bajo la coordinación de las autoridades y la colaboración de la población local.
De acuerdo con reportes preliminares, en los municipios de Tecomán y Armería, específicamente en las localidades de Boca de Pascuales y El Paraíso, las labores de limpieza y reconstrucción ya están en marcha. En estas comunidades, donde la economía local depende en gran medida del turismo, se han registrado incrementos en el número de estructuras dañadas: de 13 enramadas afectadas inicialmente, la cifra ha aumentado a 26, además de cinco viviendas completamente destruidas.
Los habitantes, sorprendidos por la intensidad de las marejadas, relatan que las olas llegaron de manera repentina, dificultando la protección de sus bienes y mobiliario. La falta de preparación ante la fuerza del fenómeno natural ha dejado pérdidas considerables en sus patrimonio y recursos económicos. “Todo se acaba. Lo poquito que uno tiene… Las olas salieron de repente y no pudimos hacer nada”, expresó Ofelia Larios, residente de Boca Pascuales, quien perdió casi todo su patrimonio.
Hasta el momento, las principales ayudas han llegado del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, que han llevado alimentos, insumos y apoyo en tareas de remoción de escombros. Por su parte, los vecinos demandan mayor apoyo para comenzar la recuperación de sus actividades económicas, especialmente los restaurantes tradicionales, que representan su principal fuente de ingreso en la región.
José Cruz Cárdenas Rosales, residente de El Paraíso, puntualizó que, aunque el ciclón se desvió hacia mar adentro, las marejadas causaron daños severos en infraestructura y en el camino de acceso a la playa, afectando la movilidad y las operaciones en la zona.
Las autoridades locales insisten en la importancia de mantener la coordinación y el apoyo mutuo para afrontar la recuperación de estas comunidades, que aún enfrentan las secuelas del fenómeno meteorológico y trabajan con esfuerzo para volver a la normalidad.
