Por: Salvador Cosío Gaona
Comenzó el período de Donald Trump, quien a pesar de haber obtenido casi dos millones de sufragios populares menos que la Señora Hillary Rodham-Clinton, logró más votos en el Colegio Electoral y fue declarado triunfador de la elección efectuada el pasado día 8 de noviembre de 2016.
Y durante al menos cuatro años, ese patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política es y será Presidente de Los Estados Unidos de América después de dos periodos de 4 años de gobierno, del ya ahora expresidente Barack Hussein Obama, quien ha dejado una impresión positiva acerca de su actuación. Además, el final de su gestión presidencial pone a muchos millones de ciudadanos del vecino país del norte y del resto del mundo lamentando que haya terminado, ya que, además de sus aciertos como gobernante, político, su gratísima forma de ser y el gran ser humano que es, existe el miedo, casi terror en cuanto a las consecuencias de los actos y decisiones a cargo del que a partir del viernes es el Presidente de una de las naciones que más influye en el mundo.
La incertidumbre acerca de lo que habrá de suceder y el impacto relativo al inicio del mandato del ahora Presidente Trump, inunda no solo a muchos millones de los ciudadanos del país vecino al norte, sino que México y los mexicanos, además de los habitantes y gobiernos de muchos otros países, también se encuentran con ese recelo por lo que ocurrirá y las repercusiones de los actos y decisiones del magnate aprendiz de político, que tiene la capacidad legal y la incapacidad mental para provocar mucho daño. Ahora es ya una lamentable realidad aquello que parecía una mala broma cuando expresó su interés por la candidatura del Partido Republicano y se convertía en terrible posibilidad al lograr esa nominación, peor aún, tras ganar la elección.
Desde la campaña que realizó el payaso lenguaraz de Trump al seno del Partido Republicano para obtener la nominación como representante del llamado ‘Antiguo Gran Partido’ o GOP, por las siglas del nombre ese que en inglés le dan en el vecino país al partido más conservador: ‘The Greit Old Party», ha insinuado de manera insistente que al llegar al poder presidencial en Los Estados Unidos de América habría de ejercer acciones tendentes a hacer de su país el del mayor poder en el orbe y con ello según su discurso: ‘buscando protegerlo y haciéndolo nuevamente grandioso’, evitar que las inversiones que deben según su perorata quedarse o hacerse en su país, se vayan a otras naciones principalmente a México, amenazando con que impondrá enormes impuestos a las manufactureras que fabriquen fuera de su nación y quieran vender sus productos en el mercado interno de su país, además que hará que se cobre un alto arancel a las exportaciones de dinero como son esas grandes cantidades que en conjunto envían a sus familias en México los millones de compatriotas que viven en suelo estadunidense, pero también alardeando con deportar a cuanto mexicano esté viviendo en el país vecino ilegalmente.
En estos momentos el magnate lengualarga tiene al mundo y a México en vilo, a la espera de sus posibles loqueras por lo que debemos estar preparados, pero preponderantemente debemos vigilar y atender los problemas internos en nuestro país, que son originados fundamentalmente por las normas y políticas públicas que se han instaurado en México, además de la desunión nacional que prevalece y el gran problema de la corrupción e impunidad que nos aqueja. Esto, considerando que se redujo la exploración y extracción de petróleo crudo, el precio por barril de la mezcla mexicana de hidrocarburo, que ha pasado de pagársele a México a más de 100 dólares la unidad, a encontrarse ahora valuado en poco más de 45 dólares cada barril y aunque representa casi el doble del costo al que llegó y se mantuvo por varios meses que fue 22.50 pesos, el resultado es lógico: El país obtiene mucho menos dinero por la exportación del pétreo energético y aunque el precio ha repuntado de forma importante, la situación es que, las autoridades aún no parecen ser conscientes de la importancia de evitar tanto despilfarro y comenzar a optimizar el recurso, además, de economizar para reasentar ese significativo monto de dinero público ya sea en?la promoción del desarrollo socioeconómico integral, invertir en infraestructura o fomentar la competitividad.
La situación económica interna no es nada alentadora, México es más pobre, y se refleja en que el peso se deprecia de manera severa y constante, hace diez años el dólar valía 11 pesos y ahora se vende en más de 22, agudizando el de por sí ya mal aspecto económico, la victoria y asunción a la Presidencia de Los Estados Unidos de América Donald Trump, debido a sus frecuentes amenazas y acciones contra nuestro país, puesto que ha conseguido que varias organizaciones empresariales muy importantes suspendan, anulen o finiquiten sus inversiones en México, como es el caso de Ford, Fiat y General Motors entre otras, lo que está ocasionando no solo la pérdida del empleo directo, sino también una gran tensión en el ambiente empresarial de forma generalizada.
La convergencia negativa de tales situaciones enfatiza la intranquilidad hacia el porvenir de la economía mexicana, siendo factor primordial el temor y la zozobra sobre qué va a suceder a partir de que asumió su cargo de Presidente de Los Estados Unidos de América el tal Trump, puesto que conoceremos qué tanto daño más le puede hacer a México y si en verdad logrará hacer realidad sus promesas de imponer colosales aranceles a las empresas que hagan inversiones en México, así como establecer severos gravámenes a la salida de dinero de los millones de mexicanos que mensualmente hacen llegar importantes sumas de dinero desde el vecino país hacia sus familias que residen en nuestro país, preocupando más aún, el saber si efectivamente deportará a más de 7 millones de mexicanos que habitan en el país vecino de manera ilegal, viniendo esto a empeorar el problema de pobreza y pobreza extrema, así como la escasez de oportunidades de empleo y por ende, la poca cohesión social y el aumento de la delincuencia.
Otra situación preocupante es saber si el gobierno mexicano que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto enfrentará esta crisis y logrará amainar el impacto negativo del nuevo cuatrienio presidencial en Los Estados Unidos de América, es momento de conocer si la decisión de Peña de rehabilitar a Luis Videgaray Caso (quien fue removido de su cargo como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), como el mismo Presidente confesó: ‘debido al desgaste que causó la visita de Trump y haber sido el artífice de la invitación’), como Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), se logra fortalecer positivamente la estrategia de comunicación, vinculación y concertación bilateral entre los gobiernos de México y ese vecino país, considerando la suposición de que Videgaray es un personaje bien visto por Trump.
Por lo pronto, México sigue en el vaivén económico, y mientras el dólar divisa de la nación vecina llega a un nuevo máximo histórico al venderse a 22.50 pesos por cada unidad, y los mexicanos seguimos sin ver alguna acción concreta que desde el gobierno federal se esté cavilando para afrontar la crisis económica y la consecuente crisis social, ya que al parecer no habrá marcha atrás en cuanto a las medidas dictadas que provocaron artero incremento del precio al público de los combustibles y que a principios de febrero volverán a ser incrementados, como tampoco se advierte ninguna decisión para reconsiderar y autorizar un aumento en el salario mínimo que alivie de alguna forma el consumo familiar.
Quien sí ha emitido comentarios en referencia a las lastimosas declaraciones de Trump, es Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que no habría que temerle tanto, en razón que esperaba no pudiera cumplir muchas de sus amenazas porque, dijo: ‘una cosa es lo que se dice en campaña y otra la que se puede hacer ya en el ejercicio del poder’, tal expresión un tanto descuidada, fue aprovechada por parte de sus oponentes, provocando una serie de comentarios en su contra, acusándole de incongruente y de estar confesando tácitamente su deshonestidad, y de estar aceptando ser falaz al ofrecer como aspirante lo que no cumplirá como posible gobernante.
Dejando de lado las críticas surgidas en torno al comentario de López Obrador y lo absurdo que resulta el que se pretenda simplemente utilizar su alegoría para desacreditarlo al ser el aspirante más reconocido a la Presidencia de México y quién más índice favorable tiene de aceptación social e intención de voto con mira a la elección presidencial de junio de 2018, es trascendental encauzar el tema en tratar de atisbar en lo posible hasta donde es factible, que el ahora presidente de los Estados Unidos de América pueda hacer cierto el cúmulo de amagos insensatos relativos a decisiones o actos que ha expresado, procurará en su afán de perjudicar a México y a los mexicanos.
A fin de analizar el impacto de las acciones económicas que ha anunciado Trump en contra de México, funcionarios, empresarios y promotores financieros mexicanos de alto nivel o jerarquía burocrática han sostenido pláticas en el vecino país del norte con banqueros, inversionistas y analistas, derivando en que lo más prudente es esperar a que tras la asunción al poder del magnate copetón se adviertan con más claridad sus pasos, debido a que lo más habitual es que sea disímil aquello que ofrecen o se comprometen siendo candidatos y usando discursos acentuados para ‘apantallar’ o en razón del desconocimiento del alcance y otra cosa es lo que ya siendo presidente sea factible hacer, y en el caso de Trump, los personajes consultados han procurado amainar la preocupación que invade a los mexicanos señalando que es menester guardar calma ya que lo que se ha venido escuchando en las peroratas del ya Presidente del país vecino al norte no precisamente podrá convertirse en realidad.
Lo preponderante a analizar acerca de los planteamientos del bisoño Presidente estadounidense, es aquello relacionado con los contrapesos sociopolíticos, es decir, la postura del Congreso, los gobernadores, las grandes empresas y los influyentes grupos de interés que pudieran aportar cierta dosis de racionalidad a las decisiones y acciones del nuevo gobierno y atemperar así el conflicto en cuanto a las relaciones bilaterales, sin descartar que, el carácter de Trump no se identifica por ser un ser humano pleno de cordura, por lo tanto, puede ser que esté pensando en modificar la mayor parte de sus planes ni matizar sus amenazas.
Sin embargo, debemos esperar a ver hasta dónde serán efectivas sus amenazas que son un tanto difíciles de consolidar, ya que el proceso para generar la deportación de los supuestos más de 6 millones de mexicanos que habitan ilegalmente en territorio estadounidense es tardado y conlleva una serie de trámites administrativos y judiciales, debiendo también considerar que muchas de las actividades laborales que actualmente desempeñan paisanos nuestros viviendo con carencia de documentos legales son tareas que difícilmente gustarán de hacer los ciudadanos del país que ahora tiene el infortunio de tener un Presidente tan polémico como nefasto.
Así mismo, Trump debe reflexionar sobre los costos que implica el llevar a cabo sus “ideas”, ya que no será barato para el gobierno norteamericano edificar el tan mencionado muro fronterizo con el que pretende detener o evitar la inmigración irregular de mexicanos y personas originarias de otras naciones de Latinoamérica que usan a México como paso hacia ‘Trumpilandia’, igualmente necesita recapacitar el tema, porque tendrá encima las presiones de la industria de su país que le exigirá compensación fiscal por acceder a instalar plantas laborales en su país, debiendo pagar salarios más altos que en México para lo cual tendrían que erogarse muchos cientos de millones de dólares.
La falta de certidumbre y la necesidad de estar atentos y en busca de hacer lo necesario para fortalecer la economía nacional mexicana y emprender acciones para impulsar el desarrollo comunitario integral y la mayor cohesión social para equilibrar las consecuencias e impactos negativos de cualquier acción o decisión a efectuar o dictar por el lenguaraz que en forma aun difícil de asimilar ya está sentado en la Presidencia deLos Estados Unidos de América, tiene sumergida en el pánico a muchas naciones y gobiernos del orbe.
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