Elevar el salario mínimo a 89 pesos, el menor monto requerido para que un trabajador compre la canasta básica, reduciría la pobreza en más del 40 por ciento, aseguró Gonzalo Hernández, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En un análisis, Hernández sostuvo que es posible instituir un «salario solidario» para asegurar que los trabajadores formales e informales, quienes ganan el salario mínimo, puedan comprar la canasta básica de alimentos y servicios.
«Un salario solidario de aproximadamente 89 pesos para asalariados formales podría reducir la pobreza de 46.2 a 45.7 por ciento aproximadamente, pues el número de los asalariados formales que reciben menos de estos montos es de aproximadamente 500 mil personas», señala el análisis.
Según la última medición de pobreza del Coneval, 55.3 millones de mexicanos viven en pobreza porque sufren carencias sociales y no pueden adquirir la canasta básica.
La semana pasada, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) incrementó en 9.58 por ciento el salario mínimo, que en 2017 será de 80.04 pesos.
El secretario ejecutivo del Coneval instó a seguir aumentando el salario mínimo, ya que no afectaría el desarrollo de las transacciones de mercado.
Ejemplificó que, entre 2000 y 2005, el entonces Secretario del Trabajo, Carlos Abascal, impulsó el aumento del salario mínimo en 4.3 por ciento, el cual tuvo una recuperación de su poder adquisitivo sin generar desajuste económico.
«El salario es tan bajo que hay espacio para incrementarlo a más de 90 pesos diarios, aprovechando también que el número de personas que lo reciben no es tan grande», agregó.
Hernández recordó que, en 25 años, la pobreza en México no ha caído y, en algunos años, incluso ha crecido debido al mal desempeño de los ingresos reales de los mexicanos.
Si bien erradicar la pobreza dependerá de otras políticas económicas, consideró que, por sí misma, aumentar el salario mínimo es una acción positiva.
