En 1985, la figura del tenor español Plácido Domingo levantando escombros tras el terremoto que azotó la capital quedó plasmada en el imaginario colectivo mexicano. Desde entonces, la relación del músico con el país creció como nunca, hasta el punto de ser hoy su refugio tras escándalos de índole sexual.
«Plácido Domingo es español, nacido en España, con nacionalidad española y orgullosamente español», dice a Efe el crítico musical Gerardo Kleinburg sobre Domingo. Sin embargo, resalta algo indiscutible: «Hay una parte de él claramente mexicana que asume. Plácido es un español formado y construido en México».