Tras meses soportando penurias en México, los migrantes varados en la fronteriza ciudad de Matamoros a la espera de recibir asilo por Estados Unidos abrazan la esperanza de un cambio radical con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, mientras que miles de kilómetros al sur se desmanteló una fallida caravana migrante que partió desde Honduras.
En la actualidad es complicado proveer comida a los migrantes de diversas nacionalidades que se aglomeran en Matamoros, tanto en el campamento como en albergues, tras el colapso económico que ha originado la pandemia del coronavirus.