El Partido Conservador británico pareció apuntarse grandes victorias en las elecciones locales, un buen augurio para la formación antes de las elecciones nacionales convocadas para el 8 de junio por la primera ministra, la conservadora Theresa May.
A lo largo de la jornada fueron llegando los resultados de concejalías en Inglaterra, Escocia y Gales, así como de luchas por la alcaldía en varias ciudades.
Con aproximadamente un cuarto de los votos escrutados, el partido de May había ganado cinco concejalías, así como más de 100 nuevos concejales y la alcaldía de Bristol y su periferia, en el oeste de Inglaterra.
May ha instado a los votantes que den una mayoría más grande a los conservadores en el Parlamento para las elecciones del 8 de junio para reforzar la posición de Londres en las conversaciones de salida de la Unión Europea. Los resultados a las elecciones del jueves apuntaban a que su mensaje había calado.
Los conservadores iban camino de su mejor resultado en los comicios locales en al menos una década y quizá un cuarto de siglo, señaló John Curtice, profesor de política en la Universidad de Strathclyde.
Los votantes “ven ahora que este país necesita un gobierno con una plena mayoría para negociar una buena y exitosa salida de la Unión Europea y para construir después una Gran Bretaña más fuerte, más justa”, dijo el secretario de Defensa, Michael Fallon.
El Partido Laborista, principal grupo de la oposición, sufrió un revés con derrotas en Gales, un antiguo bastión, y perdiendo docenas de concejales en todo el país.
El portavoz laborista de Finanzas, John McDonnell, admitió el viernes que la oposición había tenido una noche “dura”, aunque dijo a ITV que los resultados no eran “la golpiza que esperaba la gente” e insistió en que “todo sigue en juego” para los comicios nacionales.
El Partido Independencia de Gran Bretaña (UKIP, por sus siglas en inglés), que contribuyó a sacar al país de la UE con su hostilidad hacia el bloque, no logró conservar ningún escaño según los primeros conteos, ante una fuga de votantes hacia los conservadores ahora que el principal objetivo del UKIP se ha cumplido.
La vicepresidenta del partido, Suzanne Evans, admitió que el UKIP afronta un “difícil dilema”.
“Hemos conseguido lo que queríamos, pero por desgracia en cierto modo somos víctimas de nuestro propio éxito”, dijo a Sky News.
