El secreto del sabor, la textura y el aroma de los platillos de la nueva alta cocina mexicana se une cada vez más a los alimentos producidos a la vieja usanza, es decir, sin prisas, en un ambiente relajado y sin alterar el crecimiento natural de plantas y animales.
Los chefs de destacados restaurantes en México buscan productos cuidados minuciosamente desde su nacimiento o primer brote hasta que llegan al plato de los comensales, como un plus para sus platillos.