Campesinos han rescatado un paraíso en la mixteca del sur mexicano, una de las zonas más erosionadas del país, con suelos que asemejan paisajes lunares, donde el verde de las plantas fue sustituido por el rojo de la tierra pulverizada por la sequía.
En el área, donde aparentemente no germina ni una semilla, la mano del hombre del campo está haciendo reverdecer las zonas áridas de Santo Domingo Yanhuitlán, un municipio mixteca conocido mundialmente por su templo dominico del siglo XVI.