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Café Sonoro – Ruidos y Silencios

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Por: Carlos Carrizales

Los seres humanos somos inherentes al sonido y al ritmo: desde el llanto neonato que tiene ciertos compases, hasta el último aliento. Es imposible negar que todo el tiempo estamos llenos de ruidos y de silencios, los cuales, si hablamos de música, son tan importantes como los sonidos, e incluso lo arrítmico, es parte de la misma cadencia con la que nos guiamos y seguimos.

Hablar de música siempre es complejo, controversial y extenso. Es como si entráramos a un inmenso buffet todos los días, aunque muchas veces repetimos platillos, desechamos otros y dejamos muchos sin probar, pero al final, hablamos de su textura, de su forma, de su sazón, consistencia e invitamos a otros a degustar si aún no lo conocen.

Pero la música no solo es un cúmulo de sonidos que simplemente rompen el viento para llegar a otros: es una ciencia que requiere estudio, a la que se le podría calificar como «exacta» por la precisión que requiere e incluso «lingüística», debido a que es un idioma universal.

Asimismo, también podría asegurarse que hay filósofos en la música, como el caso de John Lennon o Bob Dylan a quien laurearon con el Premio Nobel de Literatura en 2016, y filósofos que incursionan en la música, como el caso de Friedrich Nietzsche, que tiene sus composiciones melódicas además de su obra escrita y quien además escribió una de las frases máximas de este arte: La vida sin música sería un error.

Pero hay algo que resulta muy curioso: dentro de la historia de la humanidad, a esta expresión artística sólo se le han dedicado aproximadamente mil años de estudio y desgraciadamente, no tiene la importancia como otras ciencias sociales como la antropología, sociología o arquitectura, a las que está íntimamente ligada, pero que también sirve para conocer usos y costumbres de cada región y de ejemplos podríamos poner a los trovadores de la edad media o las danzas folclóricas: transmiten historias a través de la conjunción de sonidos, tiempos, silencios y ritmos, que no solo quedan ahí, sino que además, continúan con su influencia hasta los días modernos en los que aún se cuentan sucesos en canciones o que bailan por pasatiempo (y sí: eso también transmite algo).

Además de las cuestiones históricas y propias de cada pueblo, nosotros como escuchas, nos identificamos con alguna letra, alguna voz o alguna pequeña sección que nos hace cerrar los ojos y repetir esa parte que nos atrajo (y ¿cuántas veces no hemos escuchado o dicho «No entiendo lo que dice, pero el que canta (o toca) me llegó»), porque además de ciencia, la música tiene la facultad de acariciar las fibras más sensibles y ocultas, para apropiarnos de esa obra.

¿Qué influencia ha tenido la música en hechos trascendentales? Es imposible conocer todas las crónicas de quienes fueron silenciados por convertirse en una piedra incómoda porque una canción o ideología de algún artista o grupo, puede convertirse en un grito colectivo de voces que no pueden hablar por la represión, o porque no encuentran otra manera de hacerlo, pero recordemos a uno de los íconos de la canción de protesta: Víctor Jara, torturado y asesinado en 1973, por miembros de la junta militar que derrocó al presidente chileno, Salvador Allende.

El impacto global que tienen los géneros, que además son una fábrica de dinero, es constante y cambiante, pero sobre todo impresionante: ¿Cómo es posible que siete notas (do, re mi, fa, sol, la, si) sean tan infinitas? Y eso es gracias a la creatividad de un grupo de personas que son capaces de crear obras con esa cantidad limitada de tonos (y ahora sí que con todo y sus bemoles) que llegan a trascender por generaciones.

El motivo principal de escribir sobre música es poder hablar de ella con la misma pasión con que llega a nuestras vidas, pero sobre todo, continuar conociendo más sobre las distintas propuestas que existen, porque hay miles de creadores que tienen mucho por decir y que vale la pena que sean escuchados en distintos formatos y distintos lenguaje, pero en ese idioma universal que puede derrocar imperios.

Hay dos verdades ciertas en la música: el mejor género o corriente es el que más le guste al escucha, y la segunda, es que Nietzsche tenía razón.

Hasta la próxima canción.

Recomendación musical de la semana:

Artista: Huehuecuicatl (Guadalajara, Jalisco, México)

Álbum: Amoxtli

Género/Estilo: Música Prehispánica

Año: 2006

Enlace: https://open.spotify.com/album/3onYHydxUZuo2MpG8hf5VH?si=r9HNUCYLRmObnBfyM-P-0A&utm_source=copy-link

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2