Por: Carlos Carrizales
Las fiestas decembrinas siempre sacan lo mejor de la gente: la promoción del espíritu navideño por el nacimiento de Jesucristo, según la tradición cristiana, llena la atmósfera cual si fuera escarcha sobre pinos, árboles o buzones.
El discurso que todos siguen es el de la fraternidad y la bondad hacia las personas que parece que tendrán momentos aciagos, como si hicieran eco de la canción de Luis Aguilé: Por eso y muchas cosas más/ Ven a mi casa esta Navidad.
La profundidad de la tristeza en esta temporada es mucha: la realidad es que la melancolía se empata con la dicha y se vuelve un alud de emociones y muchos, de la manera quizá indolora, invitan a pasar mejores tiempos y José Luis Perales tiene un ejemplo cuando compuso Noches Blancas de Hospital/ Dejad el llanto esta noche/ Que el niño está por llegar.
Pero aquí entra otro detalle y que es muy común: las personas ponzoñosas que bien pareciera que su lengua es bífida y su andar rastrero buscan la oportunidad de abrazar y, cual si fuera una cobra escupidora, desean lo mejor mientras en la espalda uno pudiera sentir el filo de un arma punzocortante mientras te desean la infame «Happy Holidays, You Bastard» de Blink 182.
La otra cara del buñuelo es que también hay quienes odian estas fechas pero que buscan mantener la ilusión de que habrá paz más adelante, como una súplica al estilo de John Lennon cuando deseó una feliz navidad y la esperanza de que la guerra terminó/ si así lo deseas.
La verdad que más allá de la preocupación de los regalos, las posadas y el alcohol (porque muchos seguirán el ejemplo de «Los peces en el río»), lo cierto es que también habrá mesas y sillas vacías en la cena, cuando de fondo suene alguna canción de la época, ya sea «Campana sobre campana», «Santa Claus llegó a la ciudad», y un largo etcétera, habrá tiempo para recordar a quienes en este plano ya no están y que los platillos les gustaban o los detestaban. Es entonces cuando muchos sonreirán para disimular el llanto y cuando la unión familiar prevalecerá.
Cada quien vive estas fechas de manera distinta y el verdadero regalo es comprender que cada quien tiene un proceso distinto, un recuerdo que palpita como surcos de añoranza en la sangre y que el corazón se expande para recibir y ofrecer calor.
Un servidor solo puede desearles lo mejor no solo en estas celebraciones, sino en general y también espera que le pase como la canción de Pearl Jam: Déjenme dormir/ es tiempo de Navidad.
Hasta el próximo villancico.
Recomendación musical de la semana:
Artista: Ramones.
Canción: Merry Christmas (I don’t want to fight tonight).
Álbum: Brain Drain
Género/Estilo: Punk rock
Año: 1989
Enlace: https://open.spotify.com/track/6HA6r647BX7lOIDzQ3PBb9?si=QpYaEMOWRIeOmM2CRPiNsA
