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CADENA DE COMPLICIDADES

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Por: Salvador Cosío Gaona

Ha quedado por demás claro que si por la decisión del gobierno federal mexicano hubiere sido, aún estaría libre e impune el exgobernador de Tamaulipas Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba, y seguiría todavía alegre y campante paseando por el mundo disfrazado de próspero empresario jubilado.

En realidad poco o nada hicieron al respecto las autoridades mexicanas para lograr su captura, pues primero se dijo aquí en México que Yarrington, fue localizado y capturado gracias a la colaboración de la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales, la Agencia de Investigación Criminal, así como las autoridades del gobierno de Italia, y que ello fue posible gracias a la ficha roja solicitada a la Interpol, por contar con una orden de aprehensión librada por el Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en Tamaulipas. Lo que ahora se sabe es que las causas contra el exalcalde de Matamoros y exdiputado federal, fueron incoadas desde hace años en el país vecino del norte, en tanto que en el nuestro seguía sin indagatoria, como ocurre aún en relación a otros personajes con causa criminal abierta en los Estados Unidos y que para las autoridades mexicanas no existen en calidad de indiciados o prófugos.

En realidad fue petición de las autoridades de los Estados Unidos de América que se activara su labor a la Interpol, entregando información captada a través del Departamento de Seguridad Interior o Homeland Security Department (HSD), y fue así como pudo concretarse el pasado domingo 9 de abril del año en curso la captura en Florencia, Italia, de Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba, quien sucediendo al polémico Manuel Cavazos Lerma, ejerció el poder en esa compleja entidad fronteriza entre 1999 y 2005.

Es interesante recordar que Tomás Yarrington aspiró a ser considerado para la candidatura a la Presidencia de la República por su ex partido el Revolucionario Institucional (PRI) en aquel proceso simulado efectuado en el 2005 para postular al abanderado del PRI a la elección presidencial de julio de 2006, a la que finalmente fue designado como abanderado el que fuere varias veces legislador y Presidente del PRI Roberto Madrazo Pintado, quien traicionado por sus compañeros de partido, sucumbió en esa contienda en la que sólo pudo lograr el tercer lugar en cuanto a la votación, muy atrás de Andrés Manuel López Obrador y de Felipe Calderón Hinojosa, al que le entregaron cuestionadisimamente el triunfo.

Yarrington fue integrante de aquel llamado TUCOM o ‘Todos Unidos Contra Madrazo’ que conformaron además del tamaulipeco, el sonorense Enrique Jackson Ramírez, el hidalguense Manuel Ángel Núñez Soto, el coahuilense Enrique Martínez y Martínez y el mexiquense Arturo Montiel Rojas, quien tras una faramalla de elección interna de ese grupo, fue designado precandidato para enfrentar a Madrazo, pero que como amante novato terminó su aventura muy precozmente al ni siquiera realizarse elección interna alguna y simplemente renunciar Montiel a contender por la candidatura del PRI a la Presidencia de la Republica para el periodo 2006-2012, dejándole el paso libre a Madrazo para después dejarlo morir solo tras generar aquel famoso voto útil en favor de Calderón.

Aspiró pues a la gloria y ahora es acusado de estar involucrado en delitos de narcotráfico y lavado de dinero de procedencia ilícita. Con siete causas abiertas, en Estados Unidos podría ser condenado a dos cadenas perpetuas y una pena adicional de 95 años más. Ojalá sea llevado al vecino país del norte, porque es posible allá sí lo puedan procesar y además le saquen toda la sopa en relación a sus cómplices. Acá en México podría ser incluso absuelto o escaparse de prisión.

Pensar que en 2005 Yarrington era visto como un personaje carismático y de buena imagen, que pudo ser el precandidato por el famoso TUCOM, quizá haber logrado la candidatura en vez de Madrazo, ya que no había quien diera el dedazo pues el Presidente de la República era panista y no existía el gran elector y quizá hubiere logrado los apoyos para ser ungido precandidato, después candidato y hasta hubiere tenido mejor suerte que Madrazo. Cosas viereis Mio Cid, hubiera llegado a la Presidencia un capo, algo así como un lobo con piel de oveja, un criminal que engañaba con su actitud humilde y cortés, que se mostraba como el prototipo antitético del político tradicional prepotente y abusivo, pues Yarrington mostraba una imagen diferente y se le llegó a apreciar como una carta viable por el PRI, que quizá hubiere tenido mejor suerte en la lid electoral que la que tuvo el sacrificado Madrazo.

Quizá hubiéremos visto un desenlace histórico distinto, de haber sido candidato Yarrington pudo haber ganado la Presidencia, un político que ahora se sabe que desde siendo Alcalde de Matamoros prohijó corrupción y crimen, lo que acendró como Gobernador de Tamaulipas, cuna de muchos grupos crimínales. Habrá que decir que México se salvó de un Presidente mucho muy manchado por su criminalidad, aunque quien llegó a la Primera Magistratura en 2006 fue igual o más nefasto.

La captura de Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba, se realizó en Florencia, Italia. Yarrington, es acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, tiene además causas abiertas en las cortes de San Antonio y Corpus Christi, Texas, por narcotráfico, extorsión, lavado de dinero y colaboración con cárteles de la droga, y esto es sólo lo que hasta el momento se sabe, amén de nuevas imputaciones que pudieran salir a la luz o enderezarse contra el ex priísta.
Ha trascendido que mucho tuvo que ver en la localización del exfuncionario un reciente viaje que realizó su esposa a Europa y que devino en visitas a diversos lugares de Italia, particularmente a una pequeña región donde se presume que Yarrington vivía de manera discreta pero opulenta bajo una falsa identidad.

Frente a este asunto, la Procuraduría General de la República (PGR) debería informar cómo es que pudo permanecer cinco años prófugo y cómo casual o convenientemente de repente es localizado aparentemente de forma fácil, pero también debería informarse porqué no se ha podido localizar ni detener por ejemplo, al exgobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, a quién es absurdo no hayan podido tenerlo vigilado desde varias semanas antes de que culminara su mandato como Gobernador, lo mismo que al otro Duarte, el exgobernador de Chihuahua César Horacio Duarte Jackez. Acto que luego entonces parece ser una nueva cortina de humo, o como dirían en el pueblo, una chupada de atole con el dedo para desviar la atención y olvidar de momento que recientemente estos exgobernadores que se despacharon con la cuchara grande y podrían también haber estado coludidos con la delincuencia organizada, están prófugos y no han sido detenidos porque simplemente no se ha querido hacerlo. Resulta iluso creer que con la tecnología de hoy día se les haya perdido de repente la pista a los por ahora evadidos de la ley.

Pero también debería informar el gobierno federal que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto en relación a otros muchos prófugos o impunes, como el también exgobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández, además de otros tantos políticos, líderes sindicales y eclesiásticos que siguen libres a pesar de los contundentes señalamientos que sobre ellos existen y que varios inclusive han reconocido así sin vergüenza alguna. Más también es momento de exigir información a la PGR sobre lo que se sepa ya en relación a las actividades criminales, sus cómplices, el modus operandi y las consecuencias relativas a muchos de los criminales que estando ya en prisión, sea aún mediante sujeción a proceso o debidamente sentenciados, y no se haya difundido nada acerca de ellos y pareciere que nada se quiere sea conocido pues sus cómplices siguen sin conocerse y en consecuencia continúan libres, impunes y actuando muy seguramente bajo las órdenes de sus patrones, aunque estos estén en la cárcel.

Por otro lado, qué bueno que el gobierno federal y su PGR festejen la captura de Yarrington, pero qué malo que sigamos recibiendo solo información tan limitada, logros magros y demasiados asuntos pendientes, demasiada opacidad e impunidad, cuando es lógico que es muy grande la cadena de complicidades. Con la detención en Italia del exgobernador Yarrington, por trabajar presuntamente para el cártel del Golfo y los Zetas y permitir que pudieran operar con tranquilidad, se confirma que la putrefacción en Tamaulipas va de arriba a abajo, que Estados Unidos mueve los hilos de cada captura y que hasta la detención de Yarrington, la noche del domingo en un buen restaurante de Florencia, el exgobernador vivía plácidamente a pesar de que desde hace un lustro había una orden de busca y captura en su contra y de los graves cargos que le imputa la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos, DEA por sus siglas en inglés.

Después de que Yarrington dejó el cargo en 2005, el penúltimo gobernador de Tamaulipas, Egidio Cantú, que gobernó el Estado entre 2011 y 2016, llegó al poder tras ganar una votación con unas papeletas en las que aparecía otro nombre. En concreto el de su hermano Rodolfo, asesinado tres días antes de la votación. Abatido, su hermano, un ingeniero poco conocido, aceptó el encargo del PRI y se presentó a un puesto para el que no estaba preparado. Peor, ni siquiera dio tiempo a cambiar las papeletas y más del 60% de los tamaulipecos depositaron en la urna el nombre de un muerto. De aquel asesinato se culpó al crimen organizado y a su antecesor en el cargo, Tomás Yarrington. Cinco años después de aquello fue detenido en una turística plaza de Florencia.

Nacido en 1957, a Yarrington le gustaban los buenos puros, las motos de agua y poner los pies en la mesa del rancho de George Bush desde que este era gobernador de Texas. De hecho Bush decía que Yarrington no era su amigo sino su “compadre”; así lo dijo en una entrevista el expresidente norteamericano.

Cuando en el año 2001 se convirtió en el 43º presidente de los Estados Unidos, en la tribuna de invitados especiales estaba sentado el hoy detenido. Yarrington había llegado al poder con 42 años después de una meteórica carrera en la que fue alcalde de Matamoros y Diputado Federal.

Sus buenos manejos, su aire campechano y sus contactos le habían permitido llegar a lo más alto, mientras el estado fronterizo se hundía en la descomposición y el crimen organizado. Durante esta etapa de su gobierno (1999-2005) se cometieron algunas de las peores matanzas en un país demasiado familiarizado con la barbarie, entre ellas la de los 72 migrantes centroamericanos enterrados en una fosa. Sin embargo todo iba bien para Yarrington hasta que Antonio Peña, su viejo socio y enlace con los cárteles de la droga, fue detenido por la DEA y empezó a hablar.
Según la investigación, a través de él, al ex gobernador de Tamaulipas le hacían llegar millones de dólares provenientes del narcotráfico a cambio de protección, según revela una acusación de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos. Estos pagos, de acuerdo con una corte de Texas, llegaban a manos de Yarrington a través de Antonio Peña, encarcelado en Estados Unidos por lavado de dinero.

Según la DEA, Peña se escondía en Texas desde que en 2012 «Los Zetas» mataron a su hermano presuntamente por robar dinero del cártel. Ese día, publicó la prensa de San Antonio, Peña recibió un mensaje de texto de Miguel Treviño Morales alias «El Z40», líder del cártel, donde lo amenazaba por haber robado cinco millones de dólares del cártel. En el mismo mensaje le atribuía culpabilidad en el asesinato del excandidato Torre Cantú. «No seas idiota y pon atención a quién le robas. Y sobre el candidato, fue por el negocio que tienes con Costilla (Eduardo, líder del cártel del Golfo), Tomás (Yarrington) y Osiel Cárdenas» decía el texto ventilado por la prensa.

A pocos meses de las elecciones en el Estado de México, las suspicacias han aflorado ante la posibilidad de un manejo electoral de la detención. Actualmente hay dos gobernadores del PRI en busca y captura, Javier y César Duarte, exgobernadores de Veracruz y Chihuahua respectivamente. Y es que el PRI no ha vivido sus mejores años, tan solo en 2016 tres mandatarios dejaron sus cargos en medio de severas críticas y denuncias por diversos actos de corrupción, Javier Duarte de Veracruz, fue el primer expulsado del partido y desde entonces sus excesos han sido desvelados por la prensa. El exgobernador de Chihuahua César Duarte enfrenta un proceso sancionatorio que podría culminar en su expulsión. El político norteño ha sido señalado de haber creado empresas fantasmas y haber dejado una deuda de 2,700 millones de dólares. El PRI también analiza el caso del exgobernante de Quintana Roo, Roberto Borge, que ha sido señalado de contar con una aerolínea propia financiada por el erario público. El taxi aéreo lo usó para viajes personales y familiares de los políticos locales, han documentado medios de comunicación.

Tras la detención de Yarrington, que será extraditado ya sea a México o Estados Unidos en los próximos días, al menos dos exgobernadores más de Tamaulipas están en la mira, Manuel Cabazos Lerma y Eugenio Hernández Flores.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2