Las autoridades de Australia, uno de los países con las medidas más estrictas de bioseguridad, «confinó» a millones de abejas de la región de Nueva Gales del Sur y ordenó sacrificar a otros tantos millones tras la aparición del letal ácaro Varroa.
«Sabemos del devastador impacto que tiene el ácaro Varroa en nuestra miel y la polinización en todo el Estado si no ponemos freno a esta amenaza», justificó el martes en un comunicado el ministro de Agricultura de Nueva Gales del Sur, Dugald Saunder.