Más de 40 camiones con ayuda humanitaria esperan poder ingresar a la región de Ghouta Oriental, último bastión rebelde en las afueras de Damasco, donde persisten los bombardeos sirios y rusos que han impedido la salida de civiles a pesar de la tregua diaria de cinco horas.
En el tercer día de la pausa humanitaria, la situación sigue igual, sin cesar los ataques aéreos en Ghouta Oriental y sin que alrededor de 400 mil civiles reciban ayuda, ya que ningún convoy con asistencia ha logrado entrar en el asediado enclave.
Este jueves, los bombardeos del régimen sirio y su principal aliado, Rusia, en varias ciudades de Ghouta Oriental causaron al menos siete muertos, entre ellos un niño, según fuentes médicas y la Defensa Civil Siria, también conocida como los Vascos Blancos, citados por la cadena Al Yazira.
Pese a la tregua humanitaria de cinco horas diarias, establecida por Rusia, los bombardeos continúan, aunque en menor medida, impidiendo la entrega de ayuda humanitaria y la salida de civiles, incluidos los heridos y enfermos, salvo una pareja de septuagenarios paquistaníes, según la Media Luna Roja.
El Ejército ruso acusó este jueves a los rebeldes sirios de bombardear un pasillo humanitario establecido por Moscú y Damasco para facilitar la salida de los residentes de Ghouta Oriental, mientras las Naciones Unidas y agencias de ayuda criticaron la tregua, ya que no ofrece garantías de seguridad para los civiles que quieren marcharse.
La televisión estatal al-Ikhbariya reportó que docenas de civiles se habían congregado en los límites de la región dispuestos a partir, pero los rebeldes les impidieron llegar el cruce.
Tanto el régimen sirio como los rebeldes se acusan de manera mutua de violar la tregua humanitaria, establecida por Rusia una semana después de los intensos bombardeos en Ghouta Oriental, que desde el pasado 18 de febrero han dejado más de 600 muertos.
El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, pidió este jueves a todos los que pueden influir en el conflicto que intercedan con las partes implicadas para evitar que Ghouta Oriental se convierta en un Alepo, en referencia al enorme costo humano y a la destrucción que hubo en esa ciudad.
De Mistura aseguró que las Naciones Unidas no se rendirán en ninguna circunstancia en sus esfuerzos para hacer llegar la ayuda humanitaria a los civiles atrapados en Ghouta Oriental, asediada por las fuerzas gubernamentales desde 2013 y escenario de intensos bombardeos.
Desde el pasado 18 de febrero, Ghouta Oriental vive una escalada de ataques aéreos de parte de la aviación siria y rusa, que se han dejado más de 600 muertos, entre ellos 147 menores de edad y 85 mujeres, según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Ghouta Oriental forma parte de las cuatro “zonas de distensión” establecidas en mayo pasado por Rusia, Irán y Turquía, con el objetivo de intentar alcanzar una tregua que allane el camino para poner fin a la guerra que ha dejado más de 360 mil muertos y cerca de 12 millones de desplazados y refugiados desde marzo de 2011.