En Argentina, donde con un rodeo vacuno de 54 millones de cabezas hay más vacas que habitantes, comer un bife o un asado se ha vuelto un lujo por los imparables precios de la carne de res que el Gobierno, que acaba de cerrar las exportaciones por un mes, achaca a la fuerte demanda internacional.
El país suramericano es el quinto productor y el cuarto exportador mundial de carne vacuna y también uno de los mayores consumidores, con 44,7 kilos al año por habitante.