Por: Verónica Juárez Piña
Las declaraciones del presidente López Obrador en torno a que el Neoliberalismo alentó el feminismo y el ecologismo como herramientas para evitar que se viera el saqueo, la explotación, la opresión, el clasismo y el racismo, no sólo evidencian la falta de compromiso del presidente con las causas sociales más defendidas, de manera histórica, desde la izquierda, sino que desconocen que es la realidad la que, avasallante, impone a la sociedad civil y a la oposición comprometida con las personas, la exigencia de que el gobierno cambie de rumbo político.
El presidente no sólo ratifica su desprecio al Movimiento Feminista, sino que evidencia su ignorancia respecto del movimiento internacional en favor de los derechos humanos que se concretó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nuevamente muestra su desconocimiento del Movimiento Feminista, cuyos orígenes datan del siglo XIX, que tuvo su primera cúspide en la mitad del siglo XX, con la lucha por el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres y que, ahora, resurge como un movimiento en contra de la violencia y por el libre ejercicio de sus derechos humanos. Además, desconoce la universalidad del feminismo, que ha logrado conquistar espacios internacionales y establecer mecanismos de coordinación que han obligado a los países a reconocer que las mujeres son actoras políticas primordiales en la escena política mundial. Desconoce la Declaración de Beijing y la Convención Interamericana de Belem do Pará, las que, como gobierno, está obligado a cumplir.
Tampoco reconoce la lucha milenaria de los pueblos originarios en la defensa del medio ambiente que, ahora, ha sido retomada por las juventudes y que significa un grito desesperado por la supervivencia de nuestro Planeta.
Desde la Corriente Nacional del Partido de la Revolución Democrática, Nueva Izquierda le decimos al presidente de la república que la lucha por los derechos humanos y su pleno ejercicio no es un problema ideológico, sino de conciencia social y solidaridad humana, por lo que hacemos un reconocimiento a todas las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa del medio ambiente, a las colectivas feministas y a la sociedad en general y les expresamos nuestro compromiso para la construcción de un México ecologista y feminista.
