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Al presidente le divierten las tragedias

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Por: Verónica Juárez Piña

Mientras las familias acapulqueñas, especialmente las de colonias pobres, siguen en la remoción de escombros para localizar personas desaparecidas, el rescate de los pocos bienes que les dejó el huracán, y la búsqueda de empleo y apoyos para subsistir, López Obrador mostró, otra vez, un alto grado de insensibilidad frente a la tragedia por la que atraviesan.

Ante quienes prácticamente lo perdieron todo, AMLO sostuvo que no es cosa del otro mundo construir casas o rehabilitarlas al anunciar que el gobierno no intervendrá en la reconstrucción de más de 274 mil viviendas, dejará que las familias se hagan cargo. El presidente reafirma así su banalidad frente al dolor que enfrenta miles de personas en Acapulco, Coyuca de Benítez y municipios circunvecinos.

En realidad, es la misma actitud que ha asumido desde antes que Otis impactara la zona. Los tres niveles de gobierno, todos de Morena, minimizaron el peligro del fenómeno natural, no tomaron las previsiones necesarias, no desalojaron las zonas de mayor riesgo, y dejaron a su suerte a los pobladores.

En los cerros que rodean la bahía de Acapulco muchas viviendas fueron totalmente destruidas por toneladas de lodo y rocas de enormes dimensiones arrastradas por derrumbes. En algunos casos, familias completas murieron dentro de sus viviendas.

De hecho, varias han migrado a otros estados porque se quedaron sin hogar y trabajo y las que han decidido mantenerse por decisión personal o porque no tienen a donde ir, empezarán desde cero.

Los habitantes de zonas marginadas fueron triplemente afectados por Otis, primero porque en su gran mayoría perdieron su empleo, segundo porque se quedaron sin gran parte de sus bienes, en muchos casos todos, y tercero porque algunos perdieron la vida o no han sido localizados. Por ello es absolutamente lamentable la expresión frívola del presidente.

Pero no es la primera vez que López Obrador se muestra indiferente ante las tragedias. Así lo hizo al afirmar que la pandemia vino como anillo al dedo para afianzar la transformación, a pesar de que miles de personas habían perdido la vida como consecuencia del COVID-19 y millones se quedaron sin empleo.

Exhibió la misma actitud al culpar a los migrantes del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez en el que murieron 40 de ellos, cuando quedó demostrado que el personal del Instituto Nacional de Migración los dejó encerrados.

Así se ha burlado del movimiento feminista que le exige a su gobierno acciones eficaces para combatir los feminicidios, de madres y padres que demandan medicamentos para atender a sus hijas e hijos enfermos de cáncer y de los colectivos de madres buscadoras.

No cabe duda que a López Obrador le divierten las tragedias y se esmera en sacarles rendimiento político. Lo bueno es que ya se va, lo malo es que pretende ser el poder tras el trono organizando una elección de Estado en favor de Sheinbaum. Pero no la tendrá fácil, millones de personas recordarán su insensibilidad e incompetencia a la hora de votar el 2 de junio de 2024.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2