“Ante las medidas tibias y hasta irresponsables que desde el ejecutivo han sido adoptadas, en cuanto los casos de COVID-19 aumenten de manera exponencial -como ha sucedido en todos los otros países- corremos el riesgo de colapsar nuestro sistema de salud que, de por sí, es muy deficiente”, recalcó la legisladora. Hasta el momento la prevención, contención y atención de la pandemia están siendo tomadas a la ligera y se confunde a la ciudadanía con el mensaje permanente de que “no es para tanto”. Lo peor es que son los más pobres quienes sufrirán las consecuencias de esta pseudo-estrategia de protegernos con “la fuerza de la moral y la cultura”. Se calcula que cerca del 20% de los enfermos (que pueden llegar a ser hasta el 80% de la población), necesitarán hospitalización. México no cuenta ni con la infraestructura ni con los insumos para tal demanda. En estos momentos, sólo pocos trabajadores de la salud laboran con equipo de protección entonces, cuando ellos enfermen ¿quien atenderá los casos de COVID-19?
La autoridad federal insiste en que México se encuentra en fase uno de acuerdo a los protocolos de la Organización Mundial de la Salud, pues sostiene que los casos confirmados en el país son de importación. Sin embargo, eso no corresponde con la realidad porque el virus lleva por lo menos tres semanas ahí afuera contagiando cada vez a más personas y sigue sin declararse el estado de emergencia para pasar inmediatamente a la fase de aislamiento.Ya que, inicialmente, la instrucción fue analizar sólo a pacientes con síntomas, aquellos enfermos asintomáticos no aparecen en las cifras oficiales y siguen transmitiendo el virus.
Algunos estados siguieron el ejemplo de Jalisco al suspender clases desde hoy y de tomar la batuta de la protección de sus ciudadanos a falta de una estrategia nacional. Desgraciadamente, esto es como las compras de pánico, si una persona compra todo el antibacterial, mientras quienes estén a su alrededor no tengan los medios para cuidarse, nadie está a salvo. Así en México, si no avanzamos juntos para combatir este virus, seguimos en peligro.
“Si lo que les preocupa es proteger lo que queda de nuestra economía, les tengo noticias: esta crisis será más cara para el gobierno cada día que pasa en que la dejan crecer, los muertos y los enfermos no pueden trabajar, ni producir, ni contribuir. Será cara no sólo en lo económico sino que le costará toda su credibilidad y confianza al gobierno federal. Un gobierno que no sirve para cuidar a sus ciudadanos no tiene razón de ser”.
Es incomprensible qué se está esperando para tomar medidas enérgicas. ¿Por qué tiene que ser el caos nuestro punto de partida? ¿Qué espera la autoridad federal para suspender clases si nuestros niños y adultos mayores siguen contagiándose? Como representante de las y los mexicanos y como ciudadana, la diputada exigió al ejecutivo que envíe recursos adicionales y suficientes a las entidades para afrontar la crisis; que compren y distribuyan insumos que serán indispensables, tales como ventiladores, cubre bocas M95, batas impermeabilizadas, gogles, caretas, guantes de nitrito y camillas encapsuladas, entre otras cosas. Asimismo, también exhortó a que se declare estado de emergencia y se tomen medidas de aislamiento inmediato. El llamado fue también para la ciudadanía para que, si otros no nos cuidan, nos cuidemos entre nosotros. Por nuestros seres queridos, por nuestro país, #QuédateEnCasa.
