Caprichos de diva he visto muchos, pero lo de Adele va más allá de las joyas, las velas blancas o las cortinas de un determinado color. Lo suyo es casi patológico y es que pretende que sus empleados se examinen médicamente, ¡cada semana!
La cantante ha contratado a un doctor para que examine semanalmente a los miembros del equipo de su tour mundial. Tras las pruebas médicas, Adele quiere ser informada de cuales están sanos y a cuales es mejor ni acercarse, literalmente.
Según recoge The Sun, Adele tiene miedo de que le contagien una enfermedad y no va a interactuar con nadie sin certificado de salud de su doctor.
La artista argumenta que: “Ya cancelé mi show en Phoenix, Arizona, porque estaba muy enferma. No me había sentido tan mal en toda mi vida. Ahora viene un médico cada semana y les hace placas a algunas personas, así decido a quien puedo acercarme, saludar y tocar sin problemas y a quien no”. Surrealista.
“Si no tienen la placa pasan a estar ‘en cuarentena’ para mí”, sentencia. Por si la gripe que obligó a la artista a cancelar su concierto no fuese suficiente, durante sus dos semanas de vacaciones y sol en Los Ángeles se quemó la piel por no usar protección.
“Acabo de tener dos semanas de vacaciones y tomé el sol en L.A sin protección solar, estoy súper quemada.” Desde luego, Adele se pasa de precavida para algunas cosas y de ingenua para otras, ¿no os parece?