El empoderamiento de las mujeres debe ser integral, incorporar nuevos elementos, de lo contrario únicamente se le suma al derecho de trabajo remunerado, pero vuelve a ser invisibilizada, destacó Ydalia Pérez, miembro de la Federación Mexicana de Universitarias (Femu).
Ante ello, destacó que a propósito de las transformaciones, las mujeres deben estar integradas a la igualdad sustantiva, se tienen que visibilizar los problemas que tanto han lastimado a México y las agendas internacionales como la Agenda 2030 tienen que ir a la par de lo que sucede en el país.
Es en ese espacio internacional el que le ha permitido al país tener voz y mostrar lo que sucede en México, como lo que determinó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso del campo algodonero de las muertas de Juárez, donde en una jurisprudencia señaló que el problema es que hay una violencia de género sistemática.
Otro caso importante, expuso, es el de Atenco, donde la CIDH reconoce una cuestión fundamental, que las mujeres pueden ser violentadas sexualmente a partir de que toman el espacio público.
Comentó que la sentencia es clara y uno de sus párrafos son jurisprudencia obligatoria nacional, donde menciona esto, ya que el operativo tenía el objetivo de mostrar que “eres mujer y vales menos, porque tienes un cuerpo de mujer”.
A su vez, la también integrante de la Femu, Lourdes Enríquez, expuso que la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) habla de igualdad sustantiva, material.
Es decir, añadió, la forma en que estos principios se llevarán a la vida cotidiana de las personas, que lleve bienestar y evitar fomentar prácticas desiguales como el que las niñas le tiendan la cama al hermanito.
Por ello, opinó que la ruta de salida son políticas públicas en educación y perspectiva de género y un enfoque de derechos humanos, y ahí pueden argumentar el educar para la paz, donde muchos de los grandes conceptos de esas garantías individuales están vacías.
En su oportunidad, Gloria Ramírez, también de la Femu, destacó el caso de Nuevo León, donde el miércoles se aprobaron reformas para penalizar el aborto, las cuales criminalizan a las mujeres que lo lleven a cabo.
Consideró que con esas reformas se pretende encarcelar a las mujeres más pobres, porque las que tienen dinero abortarán en una clínica especializada.
Lo triste, dijo, es que a Nuevo León llegó un Congreso paritario y son las legisladoras que llevan esa reforma, lo que calificó como una bofetada a la lucha de las mismas mujeres, que obedece a una religión, a una ideología, a lo más reaccionario y en contra de la normatividad nacional e internacional.
Lamentó dicha situación siendo México un Estado laico y que haya ocurrido en una fecha cercana al Día Internacional de la Mujer.
