Las múltiples tonalidades de azul de la Laguna de Bacalar, al extremo sur del Caribe mexicano, en el estado de Quintana Roo, han desaparecido por las lluvias torrenciales para darle paso a un color café que se extiende hasta la zona más turística, que ya padece de contaminación, inseguridad y el sargazo.
Con las primeras lluvias de la temporada de tormentas y huracanes, la laguna se ha vuelto a pintar de café y verde, advierte este sábado a Efe David Martínez, miembro de Guardianes de la Laguna, organización que nació con la tormenta Cristobal de 2020 para defender el medioambiente en Bacalar.