Amnistía Internacional (AI) ha detectado un «aumento preocupante» de las ejecuciones y condenas a muerte en 2021, con un repunte del 20 % respecto al año anterior como consecuencia, entre otros factores, del fin de las restricciones por la covid-19, según revela este martes en su informe anual.
La organización humanitaria explicó hoy que algunos de los «verdugos más prolíficos del mundo» han retomado estas prácticas aprovechando la vuelta de la actividad a los tribunales y citó expresamente a Irán, Arabia Saudí o Birmania (Myanmar).