Al terminar su actuación en el patinaje artístico de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, este jueves el mexicano Donovan Carrillo tocó el hielo, que quedó marcado con su huella de chico desobediente.
Llegado a China desde México, un país sin frío glaciar, a no ser en la cúspide de sus volcanes donde le es imposible entrenarse, Carrillo compitió con todo en contra. Aún así totalizó 218.13 unidades, la mejor puntuación de su vida.