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La Apuesta de López Obrador

Por: Guillermo E. Quiroga Madrigal

Cada vez se va acercando el tiempo electoral del 2021, y el presidente López Obrador ya comienza a mover sus fichas y a trazar su plan, dejando atrás la pandemia de Covid, en donde por cierto, afirmó que prácticamente esta ya desapareció, mientras que el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, por enésima ocasión confirma que estamos a punto de llegar al pico de la pandemia, con un país que ya rebasa la cantidad de los 24 mil muertos. El presidente sigue como si nada, minimizando esta alerta sanitaria.

Lamentablemente México es uno de los países que menos pruebas hacen, uno de los países con más muertos y aun así ya se están reabriendo los negocios, sin llegar al punto más crítico, incluso la Organización Mundial de la Salud, hizo un llamado al gobierno federal para que tuviera coherencia sobre el manejo de la pandemia.

Debido al mal manejo de la pandemia, incluso gente del círculo cercano al presidente ya comenzó a desmarcarse, tal es el caso de la propia Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum quien tomó sus propias decisiones sobre el manejo de la pandemia, contradiciendo a López Gatell, por ejemplo, en el uso de cubrebocas o de las pruebas rápidas, ahí tuvieron sus diferencias, aunque lo negaron después.

Definitivamente los mensajes del gobierno federal son encontrados, la apuesta no fue salvar a la población de la pandemia, la apuesta fue salvar al presidente López Obrador del impacto político y económico que implicaba la misma.

Según la encuesta de Consulta Mitofsky, la popularidad del presidente López Obrador va a la baja, el 52.3 % (la mayoría), desaprueba su trabajo, mientras el 46.8% (la minoría) aprueba el trabajo presidencial, es la calificación más baja desde que López Obrador ganó la presidencia.

Todo indica que a partir del decálogo que en días pasados anunció López Obrador, fue el principio de su campaña electoral para el 2021, en eso ha estado concentrado al retomar sus giras al interior del país.

Prácticamente en año y medio de gestión como presidente, la popularidad de López Obrador ha bajado cerca de 30 puntos, es por eso que las alarmas se encendieron en Palacio Nacional y brincando la contingencia sanitaria, decidieron continuar con sus giras en el país, que ahí sinceramente se sabe mover el presidente como pez en el agua, aunque ya ha tenido una serie manifestaciones en su contra, lo que antes no la había.

Vienen para el 2021 elecciones en el Congreso de la Unión y para el 2022 la revocación de mandato y a como van las cosas, de seguro veremos a un presidente muy cuestionado, muy desgastado, un partido Morena muy golpeado y señalado por actos de corrupción, con pleitos internos, acusaciones entre ellos, demandas, en donde la mayoría de los gobernadores de ese partido, son los que más baja calificación tienen, el efecto López Obrador va desapareciendo.

La ventaja del presidente López Obrador es que sigue marcando agenda, no hay una real oposición, salvo el bloque de gobernadores entre Alfaro de Jalisco por Movimiento Ciudadano, el bronco de Nuevo León y los de Acción Nacional, mantienen cierta fuerza opositora, pero con medidas, para evitar que el aparato federal se les vaya encima y les bloquee los apoyos federales.

Pero también está el PRI que todo parece pintar que para el 2021 le apuesta a ser un partido “bisagra”, pues queda claro que mientras el PAN, Movimiento Ciudadano, PRD y quizás el nuevo partido de Felipe Calderón podrían formar un bloque opositor hacia López Obrador, Morena (partido en el gobierno) PT y Verde Ecologista serían el contrapeso de la oposición.

En el PRI hay gobernadores que simpatizan con López Obrador y dependiendo el sapo es la pedrada y por conveniencia, de seguro se podría gestar algo así para el 2021, un “PRIMOR”, nada descabellado. Podría ser que el PRI decida de qué lado estaría la balanza, a eso le apuesta López Obrador al mantener abrazado al PRI ¿o veremos a un PRI que desde un principio se desmarque? eso ya lo veremos con el tiempo.

Esta conjetura del PRIMOR da pie a que desde arriba, es decir por parte de López Obrador, viene la indicación de que al ex presidente Enrique Peña Nieto no se le investigue a pesar de que fue señalada su administración con graves escándalos de corrupción, la orden es no hacer nada según todo parece indicar.

El blindaje a Peña Nieto por parte del gobierno federal es visible, el poco o nulo contrapeso de las dirigencias partidistas de oposición es visible y palpable, los gobernadores de oposición también hacen su lucha, pero mientras tanto, los picos de la pandemia del Covid van a la alza, la popularidad de López Obrador viene a la baja; el presidente de forma astuta sigue marcando agenda en sus giras por los estados, en plena campaña electoral con miras al 2021 y a la revocación de mandato en el 2022… Seguimos en este Reloj de Arena.

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