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3 ideas falsas sobre la grasa

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Sabemos que hay grasa buena y grasa mala. Y también sabemos que hay mucho mito (erróneo) entorno a este nutriente. Por eso, queremos desmontar 3 falsos mitos de la mano de un experto. 3 ideas en las que se equivocaron los científicos y que queremos aclarar para que dejes de hacerle la cruz a la grasa saludable.

1. Grasa = enfermedad cardiovascular: El doctor Emilio Ros, director de la Clínica de Lípidos, Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic de Barcelona explica claro y conciso cómo está la cuestión ahora mismo: “Las grasas saturadas sí son sinónimo de riesgo cardiovascular; las grasas insaturadas, no, al contrario. Y tomar alimentos ricos en colesterol en la dieta, depende: si su origen son las carnes y derivados, sí; si provienen de huevos, aún no está claro”. Las grasas más recomendables dentro de un patrón de alimentación saludable son las que proceden del aceite de oliva virgen extra, los frutos secos (almendras, nueces…), el aguacate, el pescado azul y también las que provienen de las carnes, aves y lácteos cuando estos se consumen en una proporción adecuada. Si se ingieren alimentos de origen animal de forma moderada, tal y como recomiendan los especialistas, sus grasas no suponen un riesgo para la salud.

2. “Si como grasa me sube el colesterol”: Pues influye, pero mucho menos de lo que se ha manifestado en las últimas décadas. “Nuestros valores de colesterol en sangre proceden de la síntesis endógena (la que realiza nuestro metabolismo) y de la alimentación y la parte que tiene más importancia es la síntesis endógena, que viene condicionada por otros factores, como la calidad global de la dieta y nuestra propia genética. Las recomendaciones actuales se enfocan mucho más en recomendar una dieta saludable más que a reducir alimentos específicos”, explica la nutricionista Mar Bacardit.

3. Las grasas de tipo vegetal son más sanas. La clasificación de las grasas se puede hacer a partir de su origen: vegetales y animales. De entrada, parece que las vegetales deben ser todas sanas y las animales, menos. Pero, en realidad, esto no es así, ya que hay grasas de origen vegetal con un alto poder aterogénico (es decir, de obstrucción de las arterias), mientras que hay grasas de origen animal con funciones protectoras cardiovasculares (por ejemplo, las procedentes del pescado azul).

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