Augusto Maxwell estuvo en La Habana recientemente, cuando su hija le llamó a su teléfono celular.
Para la mayoría de la gente, esa sería una llamada ordinaria. Ella solo quería saber cómo estaba. Pero la hija de Maxwell estaba en Miami y él estaba en Cuba, una isla sin acceso al servicio celular estadounidense hasta hace apenas un año.
Maxwell se dio cuenta de inmediato de cómo la llamada resumió cuánto ha cambiado Cuba en tan solo un año.
Luego se echó a llorar.
«Yo estaba en La Habana y mi teléfono funcionó. Fue hermoso”, dice Maxwell, un abogado cubanoamericano de Akerman, un bufete de abogados de Miami.
El momento de Maxwell representa solo uno de los muchos grandes cambios en Cuba en 2015, un año que algunos llaman el “renacimiento” de la isla.
Hace un año, el 17 de diciembre de 2014, el presidente estadounidense Barack Obama anunció que Estados Unidos y Cuba comenzarían a normalizar sus relaciones.
El momento histórico fue seguido por un rápido cambio en las relaciones diplomáticas, destacado por una reunión de abril entre Obama y el presidente cubano, Raúl Castro. Ambos países reabrieron las embajadas este año y el papa Francisco bendijo los nuevos lazos con un viaje a los dos países en septiembre.
Después de 50 años de silencio, ese es un gran progreso entre los dos gobiernos.
Las empresas estadounidenses, después de décadas de estar excluidas de Cuba, estaban dispuestas a hacer un progreso similar. Y al principio, el cambio se produjo rápidamente. Airbnb y Netflix comenzaron a operar en Cuba a principios de este año. Muchas compañías de viajes, incluyendo Jetblue y Norwegian Cruise Line, han hecho planes para aumentar su servicio hacia la isla.
El jueves, los gobiernos de Estados Unidos y Cuba anunciaron un acuerdo para reanudar los vuelos comerciales entre los dos países.
Margarita Pérez de la Hoz ya ha notado un aumento en los negocios y los turistas de Estados Unidos hacia Cuba. La médico con sede en La Habana ahora utiliza Airbnb y Trip Advisor para alquilar dos habitaciones de su casa a los visitantes.
Pérez de la Hoz no está preocupada por las empresas estadounidenses que están llegando a Cuba. Ella lo ve como una oportunidad y como una vía para crear puestos de trabajo. “El país lo necesita”, dice Pérez de la Hoz, de 38 años.
Este otoño, el ritmo del cambio se elevó aún más. Verizon y Sprint alcanzaron acuerdos con el gobierno cubano para ofrecer el servicio de roaming en Cuba. Es por eso que el teléfono de Maxwell funcionó en Cuba cuando su hija llamó.
Sin embargo, el aumento del interés corporativo en Cuba ha sido atemperada por la realidad de los grandes obstáculos por delante.
El embargo estadounidense sigue vigente y el gobierno cubano se está tomando su tiempo para conocer a las empresas estadounidenses.
Otro obstáculo es que algunas de las inversiones que Cuba quiere realizar, como la extracción del petróleo, están prohibidas bajo el embargo. Y algunos de los negocios más deseosos de llegar a La Habana, como las cadenas hoteleras, no están en la cima de las prioridades del gobierno, dice Alana Tummino, directora de política del Consejo de las Américas, que ha llevado a empresas estadounidenses en viajes a Cuba.
Después de décadas sin comunicación y con enfoques de negocio drásticamente diferentes, las corporaciones estadounidenses y el gobierno cubano aún están tratando de construir la confianza, dice Tummino.
“No hay falta de entusiasmo” de las empresas estadounidenses, dice Tummino. Pero en comparación con las esperanzas iniciales, “se dan cuenta de que esto va a ser un proceso más largo”.
El gobierno de Barack Obama ha erosionado el embargo mediante la modificación de algunas restricciones comerciales. En septiembre, las nuevas regulaciones allanaron el camino para que una empresa estadounidense estableciera una tienda física en la isla. Pero en última instancia, el Congreso tendrá que levantar el embargo para verdaderamente abrir el camino.
Los expertos dicen que las empresas de telecomunicaciones probablemente serán una de las primeras industrias en llegar, posiblemente tan pronto como la primera mitad del próximo año. Cuba desea desesperadamente infraestructura para Internet y conectividad.
Aunque el ritmo de negocios puede ser más lento de lo que a algunos les gustaría, prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que ha sido un año histórico para Cuba.
“Este es el comienzo de un renacimiento”, dice Pedro Freyre, un abogado cubanoestadounidense que representa a empresas estadounidenses que quieren ir a Cuba. “Todos hemos visto cosas que nunca pensamos que veríamos hace un año”.
CNN