Terremoto costaría a Ecuador hasta 3.000 mln dlr

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    El terremoto que asoló Ecuador el fin de semana podría costarle entre dos y tres puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), dijo el martes el presidente Rafael Correa, cuando las probabilidades de hallar más sobrevivientes caen a pesar del esfuerzo de los socorristas.

    El sismo, el más devastador en casi 40 años, ha dejado hasta el momento 443 fallecidos más de 4.000 heridos y 231 desaparecidos.

    «Va a ser una lucha larga, no nos engañemos», dijo Correa la madrugada del martes tras recorrer la provincia de Manabí, la más afectada por el potente terremoto de magnitud 7,8.

    «Las pérdidas son multimillonarias. Yo calculo, a grosso modo, 2.000 (millones), 3.000 millones de dólares. Dos puntos, tres puntos del Producto Interno Bruto», agregó.

    El sismo ha puesto más presión sobre la economía del miembro más pequeño de la OPEP, que ya estaba sufriendo por precios del petróleo más bajos y pronosticaba un crecimiento cercano a cero para este año.

    A pesar de que la vital industria energética no sufrió grandes daños por el terremoto, las exportaciones de bananas, flores, cacao y pescado podrían retrasarse por las carreteras agrietadas y las demoras en los puertos.

    INCANSABLES

    Ayudados por perros entrenados y potentes retroexcavadoras, los expertos seguían buscando víctimas entre el tropel de ladrillos y fierros retorcidos, pero los gestos de desazón los delataban: las reglas de búsqueda indican que las primeras 72 horas son vitales para encontrar con vida a desaparecidos.

    «Mañana (martes) cumplimos tres días, que es lo que se ha establecido, de acuerdo a los protocolos internacionales, para descartar la existencia de seres humanos con vida», dijo la noche del lunes el ministro del Interior, José Serrano, en Pedernales, la más golpeada de las ciudades ecuatorianas.

    Las imágenes se repetían a lo largo del litoral: sobre calles en las que se levantaban casas, edificios y hasta hoteles, ahora se apilan toneladas de escombros. Miles volvieron a pasar la noche a la intemperie por temor a que las réplicas, que no dejaban de sucederse, tumbaran sus maltrechos hogares.

    «Hay cuerpos aplastados en las edificaciones y, por el olor, es evidente que están muertos», dijo a Reuters el capitán del ejército Marco Borja, en el pequeño poblado turístico de Canoa.

    Sin embargo, aún había lugar para la esperanza a medida que los socorristas difundían licitaban sus escasos rescates a través de las redes sociales.

    «Donde hay vida, hay esperanza. Nuestro personal rescató a cinco personas con vida», dijo la Policía ecuatoriana en Twitter sobre los trabajos que realiza en Manta, sede de uno de los puertos más importantes del país.

    ESPERANZA

    No es la primera vez que Pedernales, un poblado costero de 55.000 habitantes emplazado en el noroeste del país, vive una tragedia.

    Durante la década de 1980, la ciudad prosperó impulsada por el boom camaronero, uno de los principales rubros de exportación del país pero, una década más tarde, se fue a pique tras la enfermedad de la mancha blanca, un virus devastador que causa gran mortalidad en los crustáceos.

    A pesar de todo el pueblo se repuso y, gracias a miles de bañistas que empezaron a llegar atraídos por las cálidas aguas del océano Pacífico, pasó a subsistir del turismo.

    Y aunque el devastador sismo derribó más del 70 por ciento de las viviendas de la ciudad y dañó gravemente las restantes, las autoridades esperaban que el pueblo volviera a resurgir de entre los escombros.

    «La prioridad para nosotros es continuar con la labor de búsqueda y rescate», dijo el ministro Serrano, visiblemente afligido. «Vamos a salir adelante».

    Nora Olarte, tía de Jairo, un adolescente de 15 años desaparecido, esperaba el lunes que los rescatistas le dieran una alegría. Pero a medida que avanzaba la noche, las esperanzas se diluían.

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