Un pequeño grupo de jóvenes busca resucitar el prehispánico juego de pelota mesoamericano en un municipio situado en el llamado triángulo huachicolero, una región del central estado mexicano de Puebla donde imperan a sangre y fuego bandas delictivas dedicadas al robo de hidrocarburo.
El sonido que emerge de un caracol reúne a los integrantes del equipo Yehualtepazolli, que significa «nidos de aves que rodean los cerros», según la lengua madre, el náhuatl.