Una mujer de San Diego cuyo marido fue secuestrado y asesinado en la ciudad mexicana de Tijuana dijo que vivir las secuelas de un suceso como ese significa “un miedo que no termina”, aun cuando los delincuentes han sido detenidos, enfrentan cargos en Los Ángeles y se espera que México los entregue a las autoridades estadounidenses.
“Ellos están en custodia y ojalá que enfrenten a la justicia en Estados Unidos. Pero sus familiares están libres, posiblemente molestos, y nunca sabemos qué podemos esperar”.